José Luis Estada, ex director provincial de Educación, ingresa en la Orden del Mérito Civil por su dedicación a Melilla.
“No soy de esas personas a las que les gusta recibir muchos halagos” , asegura. Más bien es de los que trabaja de forma incansable, como le enseñaron sus padres. Ha ocupado a lo largo de su vida muchos cargos. Fue profesor en las aulas de la ciudad, concejal de Melilla, diputado, consejero de Obras Públicas, director provincial de Educación en dos ocasiones, llegó a gestionar Fondos Europeos para la la ampliación del aeropuerto y fue de los promotores de la creación de la Granja Escuela. En fin, que su currículo es la envidia de muchos políticos actuales y de muchos jóvenes que sueñan con hacer proyectos que ayuden a mejorar la vida de los melillenses. Tener la sensación de que las cosas están bien hechas es la mejor forma de resumir sus experiencias en los cargos públicos que ha ocupado. José Luis Estrada recibió el viernes pasado el título que acredita su ingreso en la Orden del Mérito Civil, un reconocimiento que no esperaba, pero que agradece de verdad.
Explica a este periódico que lo que más le gusta es ver que con el tiempo aquellos proyectos que se programaron están dando sus frutos, es decir, que son buenos para la ciudadanía y han contribuido a mejorar la calidad de vida de los melillenses. Afirma que cuando se llevan a cabo muchas de estas iniciativas no siempre se ven los resultados de forma inmediata, pero con el paso de los años se han visto sus beneficios.
Destaca que muchas de las decisiones que se tomaron cuando ocupaba cargos públicos fueron duras, que las tuvo que hacer con firmeza, aunque desde el convencimiento de que eran por el bien común y no por el propio.
Estrada señala que se metió en la vida pública con el único objetivo de buscar una mejora de la sociedad melillense y así, “lograr el bien común”. No es idealismo, sino su forma de explicar sus más de 40 años pendientes del teléfono, de las firmas de documentos, de las críticas de la oposición y de las reuniones con los compañeros de partido para pulir ideas y que se materializaran en acciones concretas.
Buenos recuerdos
Su padre le explicó que el trabajo no es un castigo y que había que disfrutar de él. Estrada afirma que siguió su consejo. “Siempre disfruté de mi trabajo. Nunca fue un castigo”, apunta.
De la sociedad melillense tiene las ideas muy claras. Fue de los que vivió los cambios a mitad de los 80 y de los que cree que se ha avanzado en cuanto a la inclusión de los colectivos que viven en la ciudad. Aunque se den problemas, asegura que se está caminando en una mejor cohesión social en Melilla. Aunque también están entre sus mejores recuerdos sus años de docencia. Destaca la emoción que siente cada vez que un alumno s le saluda y le agradece sus enseñanzas.
Fue el anterior delegado del Gobierno, Antonio María Claret, el que presentó la propuesta para que Estrada ingresar en la Orden del Mérito Civil. En ese documento destacó “su profunda humanidad, su carácter dialogante y el profundo respeto a las reglas de la democracia”, así como el “celo” mostrado en el desarrollo de sus responsabilidades públicas.