También se avistaron diversos grupos de subsaharianos en el país vecino, pero no intentaron acercarse al perímetro fronterizo.
La presión migratoria sobre la ciudad autónoma se ha reactivado después de unas semanas de calma en el perímetro fronterizo. Tras la entrada irregular de una veintena de inmigrantes subsaharianos el pasado miércoles a través del tramo que discurre por el Río de Oro, en la jornada de ayer tuvieron lugar varias tentativas de aproximarse a la valla que separa ambos países, siendo todas ellas repelidas gracias a la actuación de las fuerzas policiales de Marruecos.
Según informó la Delegación del Gobierno a este periódico, a las 7:00 horas se detectó en territorio marroquí un grupo compuesto por unas 70 personas en los alrededores de la valla, en concreto por la misma zona donde tuvo lugar la entrada de 20 subsaharianos el miércoles pasado. La rápida actuación de la Policía del país vecino evitó que los inmigrantes pudieran aproximarse al perímetro, siendo repelidos en pocos minutos.
Al margen de este grupo, durante toda la madrugada del miércoles al jueves se avistaron otros tres, compuestos por 90, 30 y 50 inmigrantes, respectivamente. La elevada presencia de agentes policiales de Marruecos en los alrededores provocó que los subsaharianos ni siquiera intentaran acercarse a la valla. Desde la Delegación del Gobierno subrayaron que la presión sobre la frontera “es constante”, pese a que hasta el pasado miércoles no hubo nuevos intentos de entrada.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continúan en situación de máxima alerta ante la posibilidad de que se produzcan más asaltos masivos. “No se baja la guardia”, señalaron a El Faro desde Delegación.
En opinión del máximo dirigente de la ONG local Prodein, José Palazón Osma, la calma que reinó durante varias semanas en torno a la valla que separa ambos países fue sólo aparente. “Los inmigrantes no tienen donde ir, sólo les queda la opción de intentar saltar para entrar en Melilla”, señaló en declaraciones realizadas a este periódico.
En este sentido, subrayó que hay “cientos de personas” esperando en las laderas del Gurugú y en las cercanías de Nador para llegar a la ciudad autónoma por cauces irregulares. “Lo intentarán por todos los medios posibles: A través de la valla, en patera u ocultos en vehículos”, insistió el líder de la asociación humanitaria local.
“Si ha habido un parón de varias semanas es por la misma razón de siempre: Se llevan a cabo redadas y detenciones masivas, se traslada a los inmigrantes a Oujda y posteriormente a la frontera con Argelia para abandonarlos allí. Desde ese punto, vuelven a encaminarse de inmediato en dirección a Melilla. Es un ciclo que no tiene fin, la pescadilla que se muerde la cola”, subrayó Palazón.
En el mismo sentido, resaltó que los subsaharianos que se encuentran a la espera de intentar entrar en la ciudad ilegalmente “sufren palizas y torturas en Marruecos”, por lo que “intentan llegar a Melilla sea como sea para no seguir aguantando agresiones”. En definitiva, el máximo dirigente de Prodein auguró que la presión migratoria no descenderá, sino que se mantendrá estable en las próximas semanas.
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad alberga en la actualidad a 866 personas, pese a que su capacidad máxima es de 480.
Prodein dice que hubo un detenido por fotografiar inmigrantes
La ONG Prodein aseguró en la jornada de ayer a este periódico que la Policía Nacional detuvo el pasado miércoles a una persona por fotografiar a los inmigrantes que saltaron la valla, en concreto mientras estaban siendo trasladados al CETI por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Los agentes intentaron crear un ambiente tenso y atemorizar a la gente para que no se tomarán imágenes ni vídeos”, aseguró a El Faro.
Testigos presenciales consultados por este periódico afirmaron que hubo policías que intentaron confiscar teléfonos móviles con los que se estaban haciendo fotografías.
La Delegación del Gobierno negó en la jornada de ayer que se produjera ningún tipo de detención por el motivo anteriormente expuesto. Asimismo, recordaron que los empleados públicos pueden presentar una denuncia si son fotografiados durante el ejercicio de sus funciones, advirtiendo de ello previamente a la persona que está tomando las imágenes.