Los mayores disfrutaron de las actuaciones.
El Rincón de la Alegría cerró ayer sus puertas después de una semana de actividades para los usuarios del Centro de Día. La peña flamenca ofreció un concierto para los residentes, que disfrutaron de la música y aplaudieron después de cada intervención.
Después de las actuaciones los mayores pudieron degustar una suculenta paella, para terminar con las actividades de la Feria.
La caseta del Centro de Día se inauguró el lunes, y durante estas jornadas de fiestas patronales, los residentes han podido vivir el espíritu de la Feria sin salir de la estancia. Farolillos, cortinas de lunares y macetas adornaban el salón de actos del centro, haciendo que todos se sintieran como en el Real.
Entre las actividades que se han desarrollado durante esta semana destacan las misas rocieras, con la actuación del coro rociero y la elección de Miss Rincón de la Alegría, un desfile en el que participaron varias de las usuarias del centro.
El objetivo de esta programación especial de Feria es que los mayores, especialmente aquellos que lo tienen más complicado para acudir al recinto ferial, puedan vivir las fiestas al igual que el resto de melillenses.
Así, durante la actuación de la peña flamenca de Melilla de ayer, fueron muchos los que no pudieron evitar palmear y animar a los cantaores al grito de “ole”. La directora provincial del Imserso, Isabel Quesada y el director del Centro de Día, Ramón Paqué, también quisieron acompañar a los residentes y disfrutar de las actuaciones y de la comida posterior, que supuso el broche de oro a esta semana de alegría y fiesta.