Los protagonistas del Pleno de Control de ayer cumplieron con el guión al pie de la letra. Cada uno en su sitio, los diputados volvieron a representar el papel al que estamos acostumbrados en las últimas sesiones. De este modo, las únicas propuestas con alguna posibilidad de acabar materializándose fueron las de CpM, que ayer escuchó cómo el presidente Imbroda dijo que no descarta crear un órgano que se encargue de evaluar las medidas de carácter social y que también sirva para evitar duplicidades entre las distintas áreas del Ejecutivo local. Por su parte, el consejero Miguel Marín reconoció a la diputada cepemista que se había “olvidado” de los accesos para minusválidos en el Callejón de la Marina y se comprometió a subsanar el error. Además, el consejero de Seguridad Ciudadana prometió a los diputados de CpM que se creará una zona de descanso para acoger a unos 600 vehículos de la Operación paso del Estrecho junto al antiguo cuartel de Valenzuela.
El espacio que ocupó el intercambio constructivo de ideas y sugerencias estuvo reservado en exclusiva para PP y CpM. Los diputados de PSOE y PPL se quedaron fuera. No pudieron entrar a pesar de que intentaron asaltar una y otra vez la fortaleza con sus preguntas e interpelaciones. Trataron de abrir brecha buscando la parte débil en la consejera de Cultura, utilizando a modo de ariete el libro ‘Melilla y su judaísmo’. Volvieron a intentarlo arremetiendo con los agentes de Movilidad, con la oficina desocupada en la Estación Marítima, con la concesión de títulos náuticos y reprochando al Ejecutivo de Imbroda que Melilla va “a la cola” de Ceuta en la cuestión aduanera.
Cinco horas después, cuando terminó el pleno, las cosas continuaban casi como al principio. Durante ese tiempo, que el nuevo Reglamento no sirvió para hacer más ameno, hubo diputados que aprovecharon la mañana para comentar la sesión vía Twitter. El portavoz socialista, Gregorio Escobar, no acudió tampoco esta vez porque tenía algo más importante que hacer.