La Jefatura Superior de Policía de Melilla ha informado de la detención de un hombre por un presunto delito de acoso vinculado a violencia de género, después de que se descubriera que había instalado dispositivos de localización en los vehículos que solía utilizar su excónyuge. La denuncia fue presentada el pasado 30 de octubre por la hermana de la víctima, quien entregó dos dispositivos encontrados bajo sus respectivos coches.
La investigación fue realizada por agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos en estrecha colaboración con la Unidad de Familia y Mujer (UFAM). Según informaron fuentes policiales, la víctima se había separado de su marido hacía poco más de un año y, desde entonces, vivía bajo una constante sensación de control y vigilancia.
Aseguró la mujer que coincidía con su expareja en muchos lugares a los que acudía, tanto en Melilla como durante sus desplazamientos a Marruecos. Esta situación la llevó a sospechar que podría estar siendo rastreada, algo que finalmente se confirmó tras el hallazgo de los dispositivos.
Los investigadores utilizaron tecnología avanzada para analizar los aparatos electrónicos, descubriendo que estaban diseñados para realizar un seguimiento discreto de personas mediante sistemas de transmisión de datos de baja energía. A diferencia de los localizadores GPS convencionales, estos dispositivos no consumían grandes cantidades de batería y operaban aprovechando conexiones cercanas de teléfonos móviles de una determinada marca. De esta forma, el sospechoso podía conocer en tiempo real los movimientos de la víctima sin que ella lo supiera.
Una vez identificado el titular de los dispositivos, que resultó ser efectivamente el exmarido de la víctima, la UFAM procedió a su detención y posterior puesta a disposición judicial. Según la Policía, el hombre habría adherido ambos aparatos a los bajos de los coches utilizando silicona, lo que dificultaba su detección visual.
Aunque la mujer no denunció haber sufrido agresiones físicas, sí relató haber sido víctima de un maltrato psicológico constante desde la ruptura. La imposibilidad de rehacer su vida por el temor y la ansiedad que le generaba encontrarse repetidamente con su exmarido en diferentes lugares le produjo un fuerte impacto emocional. La Policía considera que esta conducta vulneró gravemente su derecho a la intimidad y supuso un riesgo evidente para su integridad.
Este caso pone de relieve cómo las tecnologías, cuando se emplean de forma malintencionada, pueden convertirse en herramientas de control y acoso en el contexto de relaciones ya finalizadas. También subraya la necesidad de reforzar la concienciación y la formación en materia de prevención, especialmente en lo relativo a la violencia de género.
En ese sentido, cobra especial relevancia la reciente iniciativa impulsada por el Área de la Mujer de la Ciudad Autónoma, que ofrece formación gratuita en autodefensa preventiva frente a agresiones sexuales. El curso, dirigido a mujeres de todas las edades, busca proporcionar herramientas prácticas para reconocer, evitar y reaccionar ante situaciones de riesgo, al tiempo que fomenta la autonomía personal y la confianza en la toma de decisiones.
La Policía Nacional recuerda a la ciudadanía la importancia de denunciar cualquier forma de acoso, control o violencia, incluso cuando no se materialice en agresiones físicas. Las víctimas pueden acudir a los canales oficiales, donde serán atendidas con confidencialidad y respaldo profesional. Asimismo, reitera su compromiso en la lucha contra la violencia de género, una prioridad que implica el trabajo coordinado de todas las unidades especializadas y el apoyo continuo a quienes la sufren.







