El partido que lidera Mustafa Aberchán cree que Melilla necesita un museo de las artes y las ciencias, que además sea interactivo y que incluya un acuario y un planetario. Añade el diputado cepemista Abderrahim Mohamed Hammu que el objetivo es que los ciudadanos “sientan que pueden gozar con la ciencia, que pueden acercarse a ella de manera desprevenida, que la ciencia hace parte de la vida cotidiana”. Lo dijo ayer en la sala de prensa de la Asamblea, el escenario donde hasta hace unos meses cepemistas y populares mantenían sus más duros enfrentamientos políticos y ahora viven la más ejemplar relación entre un partido que gobierna y otro que es la principal fuerza de la oposición.
Allí Abderrahim Mohamed Hammu presentó su propuesta del museo, como anteriormente CpM había expuesto otras sobre ludotecas, mercados reconvertidos en centros sociales o asociaciones de vecinos transformadas en puntos de información juvenil. Es cierto que todas estas ideas vienen amparadas por una mezcla de buenismo y crítica constructiva que harían difícil su rechazo de no ser por el momento económico en el que nos encontramos y por las serias dificultades que sufren determinados sectores sociales. Pero aún volviendo a la situación anterior a la crisis económica, los responsables de CpM deberían plantearse si son esas las soluciones que espera de ellos su electorado. Parece como si los cepemistas no fueran capaces de identificar los verdaderos problemas que angustian a sus votantes, entre los que, precisamente, se encuentran muchos de los ciudadanos que más están sufriendo la crisis. CpM debe conocer mejor que nadie cuáles son las inquietudes y preocupaciones de esas personas, pero resulta difícilmente creíble que estén especialmente interesadas en que personal científico especializado en la fauna y flora marina les ayude a conocer mejor el ecosistema que rodea a Melilla, como contempla el proyecto que ayer presentó Abderrahim Mohamed Hammu.