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El toro huido de la ganadería de Carretera Hidum sacó el torero que llevan dentro algunos ciudadanos
El cauce del río de Oro fue ayer un improvisado teatro donde los melillenses pasaban del susto a la risa en segundos. La historia del toro huido de la ganadería que está en la Carretera de Hidum se puede contar en este tono porque no hubo que lamentar ningún herido ni causó destrozos en la ciudad. El animal sacó el ‘torero’ que algunos llevan dentro y provocó que se vieran en el cauce del río de Oro carreras como las de la calle Estafeta en las fiestas de los Sanfermines.
Los gritos se escuchaban cuando el animal arrancaba para intentar embestir a los hombres que querían atraparle. Pero segundos más tarde llegaban las risas porque los pobres huían de un toro que no terminada de moverse de mitad del río.
Estos hombres sudaron la gota gorda para conseguir que el animal entrara en un camión. Hubo quien intentó hacer un lazo para atraparlo con una cuerda al estilo cowboys.
La expectación era máxima. Decenas de melillenses se apostaron a ambos lados del cauce para ver qué hacía el toro. Los conductores y pasajeros de los vehículos que pasaban por la zona, mientras estaba en rojo el semáforo, preguntaban qué pasaba y no podían creer a quienes les aseguraban que había un toro en mitad del río. Incluso hubo quien bajó del coche, echó una foto y volvió antes de que se pusiera en verde.
Y es que este toro no sólo sacó el torero que llevan dentro algunos melillenses, sino también el de ganadero experto en cómo tratar a un animal de estas características. Es la misma escena que se vive cuando van al fútbol. ¿Quién no ha gritado a los jugadores como si fuera el mismo Vicente del Bosque? Varios ciudadanos no paraban de lanzar ‘consejos’ desde la acera a quienes estaban lidiando con el toro. “¡Átale una cuerda! ¡Trae una vaca!, gritaban.
A la hora de meter al animal en el camión hubo alguna que otra protesta aunque primaron los gritos de euforia y los aplausos. “Sabiendo que le espera el matadero, no me extraña que se haya escapado”, afirmó una mujer que vio la escena y que lamentó que el toro no consiguiera su libertad.
El temor de las autoridades, que llegara a la playa
La consejera de Presidencia y Salud Pública, Paz Velázquez, aseguró ayer que el temor de las autoridades era que el toro llegara a la playa y de ahí, pasara al Paseo Marítimo. En ese caso, indicó que no habrían tenido otra opción que sacrificar a este animal.
No obstante, Velázquez señaló que por fortuna se consiguió atrapar al toro y llevarlo de nuevo a la ganadería de donde se había escapado.