El pleno infantil que se desarrolla en el Palacio de la Asamblea desde hace varios años se celebraba ayer para conmemorar el Día Internacional del los Derechos del niño.
Medio centenar de escolares sustituyeron ayer en los asientos del salón de plenos de la Ciudad a diputados que normalmente ocupan el cargo. Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Derechos del Niño, la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, recibió a los pequeños.
Los niños, que venían de los centros Anselmo Pardo, Constitución, España, Juan Caro, León Solá, Mediterráneo, Pintor Eduardo Morillas, Real, Reyes Católicos, Velázquez, Enrique Soler, Nuestra Señora del Buen Consejo, La Salle, Hipódromo, Altos del Real y Centro de Educación Especial, comenzaron la jornada presentándose como diputados infantiles uno por uno.
Tras la presentación y siguiendo las instrucciones que marcó Rivas, los pequeños comenzaron a leer la carta de Derechos del Niño, aprobada en 1989 por las Naciones Unidas.
Los niños, que se mostraron en todo momento cautos a la par que sorprendidos por el escenario y los asistentes, escucharon atentamente a la vicepresidenta en su breve discurso sobre los efectos de la utilización de las nuevas tecnologías. Una intervención en la que Rivas aludió a la responsabilidad para el buen uso de estos medios.
Tras esta declaración llegó el momento más esperado por todos los presentes, el turno de ruegos y preguntas. Los alumnos tuvieron la oportunidad de dirigir sus preocupaciones a la vicepresidenta y por extensión al Gobierno Local.
El primero en tomar la palabra fue Jorge que consultó a Rivas por qué no había un carril bici en la ciudad. Pero tras él se produjeron otras nueve consultas de lo más dispares. Un alumno del CEIP Velázquez, por ejemplo, solicitaba al Gobierno Local la instalación de un techo en el patio del colegio para poder jugar los días de lluvia. Otros fueron a asuntos más complejos, tomando muy en serio su posición como diputados por un día. Este fue el caso del alumno que preguntó sobre las inversiones que iba a dedicar la Ciudad Autónoma a Eduación.
La mayoría pidieron mejoras para su entorno más cercano, una nueva piscina porque la actual está saturada, más pistas de fútbol, o una oferta de ocio mayor. Pero también hubo lugar para otro tipo de demandas como la eliminación de barreras arquitectónicas en la ciudad o el arreglo de los desperfectos de uno de los colegios.
En definitiva, una jornada entrañable en la que, como casi siempre ocurre, fueron los niños los que sorprendieron a los adultos con su ingenio y su frescura a la hora de preguntar.
Tras el pleno los pequeños se trasladaron al Salón Dorado y allí los alumnos del CEIP Enrique Soler interpretaron una canción a favor del ecologismo y finalmente el himno de la ciudad, con el que se cerró el acto. Un día repleto de emociones que los pequeños recordarán durante mucho tiempo.