Creación de empleo, un objetivo prioritario como no podía ser de otra manera para los partidos que aspiran a gobernar o a seguir gobernando, según hablemos de PP o PSOE que son los que, a fin de cuentas, protagonizan con carácter principal la actual liza electoral. En esa tesitura, y con cinco millones de parados, resulta lógico que la creación de empleo sea el objetivo principal. Sin embargo, cabe preguntarse cómo el PSOE, que ha terminado sus dos legislaturas, doblando con creces el número de desempleados que existía en nuestro país en 2004, pueda aspirar ahora a ofrecer soluciones. Su papel es difícil y en ese contexto choca in extremis que venga ahora con propuestas mágicas, como la creación de un Plan de Empleo extra para jóvenes melillenses si Rubalcaba llega a la Moncloa. Como dice el portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, suena a promesa que se sabe no van a tener que cumplir.
En Melilla, los Planes de Empleo, aunque sean una ocupación transitoria por 6 meses, representan un desahogo y un colchón para muchas economías familiares, extremadamente atosigadas por el paro y la falta de ingresos económicos que conlleva. Son cruciales entre tanto se refuerce el tejido productivo y se creen puestos de trabajo a través del sector privado principalmente o mediante las grandes inversiones públicas que sigue requiriendo la ciudad. Los nuevos Planes, para 1.263 personas, empezarán el martes, en los previos de unas elecciones, una coincidencia que no escapa a nadie y que esperemos no sirva una vez más para el rédito electoral en favor del partido en el Gobierno central, es decir, el Partido Socialista.