Es de resaltar la importante acogida entre los participantes del Curso de Historia y Estética de la Música Marcial organizado por la Comandancia General de Melilla en colaboración con el Instituto de Historia y Cultura Militar desarrollado en el Casino Militar del 3 al 6 de octubre. En él se han abordado conocimientos de su extenso temario que van desde las formas y géneros musicales, pasando por los Cantares de Gesta del Medievo, la Música de Ordenanza –con sus toques y marchas– o la militar de raíz folklórica, hasta llegar a la escénica y sinfónica música militar de las Campañas Africanas.
Todo el temario ha sido acompañado por un elaborado material de apoyo audiovisual con imágenes y decenas de ejemplos musicales.
Agradecer y felicitar la iniciativa de esta Comandancia al enriquecer estas ponencias con la lección musical práctica en la visita a la banda de música militar de la Comgemel, en la Base Alfonso XIII, actualmente dirigida por el subteniente Jesús Tevar. La visita tuvo para mí una entrañable razón, pues mi padre el Sto. Juan Florensa Riba (1975) perteneció a esta unidad con el instrumento del trombón.
De las ponencias amenas y documentadas destacar algunas anédotas. Entre ellas, que la música militar ya es mencionada en la Biblia en el Segundo Libro de Crónicas del Antiguo Testamento en 20:21, cuando los israelitas fueron dirigidos a la batalla cantando en voz alta alabando al Señor. En la antigüedad es Homero quien en la Iliada cita: “Cuan sonora se oye la voz de la marcial trompeta, que el arma toca en la ciudad sitia poderoso enemigo, tan aguda entonces resonó la voz de Aquiles”.
Para el comandante Antonio Mena Calvo las actuales bandas militares surgen con la aparición de los ejércitos modernos a partir de los siglos XV y XVI, junto con la influencia del Imperio Turco relativa a la organización estable de conjuntos musicales militares además de las innovaciones de mediados del XVIII de Federico II El Grande de Prusia.
Una reflexión del comandante Mena resulta sorprendentemente interesante al destacar la influencia de las Bandas Militares en los últimos doscientos años en la divulgación de la música para el pueblo llano. Recordad las románticas estampas dominicales de las bandas en los templetes de los parques.
Por su parte, grandes maestros de la música se han sentido inclinados en componer piezas para bandas militares –Shubert, Haydn, Mozart, Rossini, Strauss (Marcha Radetzky de cada Año Nuevo), Wagner, R. Korsakov, Tchaikovsky ( Obertura 1812), Beethoven (La Victoria de Wellington)–.
Otro dato es que a su juicio hay tres piezas fundamentales para la Infantería en marcha como son San Marcial, Heroica y Los Voluntarios.
El otro ponente del curso es el profesor del IHCM Antonio Lillo Parra, que lleva años de encomiable labor de investigación y documentación, recuperando piezas musicales de discos de pizarra que habrían caído en el más absoluto olvido.
De hecho, fruto de su labor va a ser editado próximamente por el Ministerio de Defensa un CD recopilatorio de ‘El flamenco en la vida del soldado’, con Manuel Valencia al toque y Jesús Menéndez al cante.
El profesor Lillo menciona en una de sus ponencias que el disco Waterloo, del grupo musical ABBA, es uno de los más vendidos en temática militar.
También destaca el “Royal Edinburg Military Tattoo” (web: http://www.edintattoo.co.uk/), uno de los espectáculos más impresionantes que se celebran cada año en esta ciudad escocesa con la participación de las mejores bandas militares del mundo.
En lo que respecta a la música tradicional y popular relativo a las canciones folklóricas, tonadas de quintos y canciones cuarteleras destacar como una canción irlandesa de cantina logró galvanizar con su Garry Owen al legendario 7º de Caballería de Custer; la Madelón que cantaban los Legionarios al llegar al puerto de Melilla tras los sucesos de Anual en 1921; la famosa Lili Marleen que ha sido una de las canciones más versionadas de la historia, incluida la de nuestra Marta Sánchez; la canción ‘Mi General’, de Carlos Cano ,que relata la rocambolesca historia de Mª Teresa Gómez transformada en el General Tito Aníbal; o el curioso origen de la canción ‘El Novio de la Muerte’, que inicialmente fue cantada en forma de cuplé por Lola Montes –Mercedes Fernández González– y que según recoge la hemeroteca de El Telegrama del Rif fue interpretada por la artista el 30 y 31 de julio de 1921 en el teatro Kursaal de Melilla.
Finalmente sirva este curso por expreso deseo de sus ponentes de homenaje a la memoria de Ricardo Fernández de Latorre Moreno, autor del libro ‘Historia de la Música Militar de España’, publicado en el año 2000 por el Ministerior de Defensa –actualmente agotado–, por su participación como guionista, director y redactor en los documentales emitidos por TVE allá por finales de los 70 sobre la Música Militar de España.
Sugerir que en el futuro pueda complementarse este curso con un pequeño seminario de la Música Militar en el Cine y felicitar a la Comandancia General Militar de Melilla por todas cuantas actividades culturales viene desarrollando.
(Bibliografía recomendada : El Rumor de las Batallas –Martin Kaltenecker-Ed. Paidos).