La Dirección General de Marina Mercante, dependiente del Ministerio de Transportes, ha decidido que las dos navieras que actualmente cubren el servicio marítimo de Melilla tengan su parte en el contrato público para garantizar las conexiones con Málaga, Almería y Motri. De ese modo, ha repartido los dos lotes del concurso entre las dos compañías que han presentado ofertas a la convocatoria hecha pública el pasado 12 de septiembre, por importe de 78,7 millones de euros.
El nuevo contrato, que entrará en vigor en enero de 2025, tiene como objetivo garantizar la conectividad de Melilla con Málaga, Almería y Motril. Tendrá una duración inicial de dos años, con la posibilidad de prorrogarse por otros dos.
Esta vez Armas Trasmediterránea ha obtenido la adjudicación del lote 2 para los servicios entre Melilla, Almería y Motril, con el ferry de bandera española “Volcán de Timanfaya”; Baleària había presentado el ferry “Martín i Soler”.
El Grupo 1, que corresponde a los servicios entre Melilla y Málaga, es para Baleària con el ferry de bandera chipriota “Rusadir” y para el que el Grupo Armas Trasmediterránea había presentado el ferry alquilado de bandera italiana “Ciudad de Valencia”, que cubre la línea Cádiz-Canarias desde su estreno en agosto de 2020, según ha publicado la web "Puente de Mando".
Esa información establece que el lote 1 tiene un presupuesto base de 10,44 millones de euros anuales, mientras que el lote 2 asciende a 9,23 millones de euros anuales.
El pliego de condiciones fija una serie de requisitos mínimos para garantizar el servicio. La línea Melilla–Málaga deberá contar con al menos seis rotaciones semanales, mientras que las líneas con Almería y Motril tendrán un mínimo de tres rotaciones semanales cada una, con la posibilidad de incrementar frecuencias durante los periodos de alta demanda o vacaciones.
Entre los criterios de adjudicación se han priorizado aquellos que reducen el impacto ambiental y “mejoran la eficiencia energética” de la flota. Se ha valorado positivamente la menor antigüedad de los buques, aunque el Volcán de Timanfaya tiene 19 años, la reducción de las tarifas para los pasajeros, la mayor capacidad en camarotes y la posibilidad de ofrecer rotaciones adicionales.
Para cada lote, se exige la adscripción de al menos un buque de trasbordo rodado, con capacidad mínima de 450 plazas para pasajeros, de las cuales 200 deberán estar disponibles en camarotes, y con espacio suficiente para 250 vehículos.
Todos los buques deberán disponer de servicio médico a bordo, seguridad privada, áreas para mascotas, zonas de silencio, servicios y actividades para niños y acceso a internet con conexión wifi gratuita durante todo el trayecto.
El nuevo contrato también contempla, por primera vez, el impacto de la normativa europea que entró en vigor en enero de 2024. Esta norma regula el comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo, lo que añade un nuevo elemento a la valoración económica de las ofertas.