La pasada semana se celebró el IV Foro Internacional de Turismo de Melilla con la participación de más de 150 personas, la mayor parte de ellas de fuera de la ciudad autónoma.
Como viene repitiendo la Ciudad Autónoma hasta la saciedad y también dijo el consejero del ramo y presidente del Patronato de Turismo, Miguel Marín, uno de los grandes objetivos de este Gobierno es el de “poner a Melilla en el punto de mira del sector turístico”.
Melilla debe aprovechar, como dicen no pocas voces, su patrimonio histórico y cultural, presente, sobre todo, en el centro de la ciudad, particularmente todo lo relativo a Melilla la Vieja y el modernismo.
La ciudad debe sacar provecho asimismo de su ubicación geográfica, entre Europa y África, como puente entre dos mundos muy diferentes entre sí, pero cada vez más conectados por efecto de la globalización.
Aunque se están dando pasos y cada vez se percibe mayor número de turistas, no cabe la opción de detenerse.
Pero, si se quiere abordar la cuestión con precisión, hacen falta más cosas: para empezar, más plazas hoteleras, para lo cual, después del Melilla Centro, se prevé la construcción en San Lorenzo, cercano a la playa, que anunció Miguel Marín el año pasado. Y está bien que la Ciudad se involucre en ello, pero quizás también sería conveniente tirar de la iniciativa privada; convencer a los empresarios de que Melilla tiene futuro en este campo.
Hay que seguir promocionando los bonos turísticos, ya que no sólo hay visitantes que desconocen su existencia, sino que incluso, por lo que éstos comentan, ni siquiera los conocen las agencias de viajes de la península. El gasto en publicidad suele verse recompensado y merece la pena.
Más guías y la ampliación de la pista del aeropuerto son otros dos puntos que pueden ser importantes, así como conseguir que las agencias de viajes ofrezcan paquetes para el visitante de tres o cuatro días, ya que ese intervalo parece un tiempo adecuado para conocer la ciudad.
Y algo que también puede ser muy importante es la colaboración con la Universidad de Granada, tal como sucedió en el foro de la semana pasada. Aunque no se trate de turismo estrictamente, el Cargadero del Mineral y el antiguo edificio de Correos, que se van a emplear para asuntos universitarios, deben ayudar, junto con la construcción de una residencia universitaria, a la atracción de estudiantes, quienes siempre dejan dinero allá donde van, porque tienen que comer y dormir, para empezar, y porque los jóvenes también disfrutan de tiempo de ocio.
Sin la frontera tal como era antes ni la aduana, no hay tiempo que perder en esta misión. El futuro de la ciudad depende en gran parte de ello.