El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha denunciado la falta de actuaciones por parte de las administraciones sanitarias para evitar, detectar y atender los problemas de salud mental de las enfermeras, un colectivo profesional “especialmente vulnerable” por sus difíciles condiciones laborales.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que este año pone el foco en el “vínculo esencial” que existe entre la salud mental y el ámbito laboral, el sindicato subraya que las administraciones conocen perfectamente las causas que motivan los problemas de salud mental en las enfermeras pero siguen sin propiciar entornos laborales “seguros y saludables”.
Entre otras, SATSE destaca, además de la sobrecarga laboral, su contacto permanente con el sufrimiento ajeno y la muerte y otras condiciones inherentes a su desempeño profesional, como el trabajo a turnos y por las noches, falta de estabilidad, dificultades para la conciliación, violencia verbal y física…
La carga emocional que supone enfrentarse al sufrimiento ajeno provoca un ‘trauma secundario’, que es el desgaste psicológico y emocional que pueden llegar a sufrir aquellos profesionales que se dedican a cuidar de las personas. Este trauma provoca un gran número de síntomas emocionales, fisiológicos, cognitivos y conductuales, asegura.
Además de a los riesgos psicosociales, las enfermeras también están expuestas a otros riesgos laborales (biológicos, químicos, físicos, mecánicos y ergonómicos). Todo ello, apunta, va generando estrés que si se acumula provoca ansiedad, fatiga, insomnio, irritabilidad, baja autoestima o depresión, entre otros problemas.
Estrategia general
SATSE incide en que el Ministerio de Sanidad y las consejerías autonómicas competentes deberían acordar una estrategia general de actuación que contemple medidas concretas para cuidar y proteger la salud mental de los profesionales sanitarios. Una estrategia cimentada en la prevención, detección y seguimiento del profesional.
La OMS, en su informe “Lo que la pandemia de COVID-19 ha expuesto”, señala que se ha producido un “fenómeno global de trauma masivo para las enfermeras" y apunta que ocho de cada diez profesionales en nuestro país declararon sufrir burnout (síndrome del profesional quemado).
Asimismo, el último estudio al respecto realizado por SATSE concluyó que cerca de nueve de cada diez profesionales se sentían estresadas y con agotamiento emocional en su trabajo. También nueve de cada diez sufrían nerviosismo, ansiedad, temor, angustia y alteraciones del sueño y ocho de cada diez alteraciones del apetito.
Evaluación
Según SATSE, la salud mental de estas profesionales “se ha dejado de lado” y, por ello, los servicios de prevención de riesgos laborales se han centrado fundamentalmente en los riesgos físicos en el desempeño del trabajo y no han tenido prácticamente en cuenta los de carácter psicosocial.
El Sindicato reclama que estos servicios realicen una correcta y periódica evaluación de los puestos de trabajo de las enfermeras en los hospitales para detectar los riesgos psicosociales que pueden provocar problemas de salud mental.
Otra demanda es que los diferentes servicios de salud cuenten con dispositivos o gabinetes de atención y apoyo a los profesionales, tanto en hospitales, áreas de Atención Primaria y centros sociosanitarios. Unos servicios que han de estar formados por psicólogos, psiquiatras y enfermeras especialistas en Salud Mental.
Esta organización defiende también que se realice una labor de detección de los profesionales que tienen necesidades especiales de cara a una posible adaptación de su puesto de trabajo. Es el caso, por ejemplo, del personal con patologías previas, edad avanzada, alguna discapacidad y personal especialmente sensible o en estado de gestación.