El Sindicato Unificado de Policía (SUP) no participará este año en los actos conmemorativos del Día de la Policía, que se celebra a nivel nacional en la fecha de su patrón, los Santos Ángeles Custodios. La organización no asistire a modo de protesta y lamenta "los agravios" en la concesión de Medallas al Mérito de Policía Nacional.
El SUP quiere mantener una reunión urgente con la Dirección General y el propio Ministerio del Interior para que se derogue la ley de condecoraciones, que data de 1964, todavía etapa franquista en España.
"Desde el SUP no podemos esconder nuestro profundo malestar ante la reciente decisión del Ministerio del Interior sobre la concesión de condecoraciones policiales. Supone un agravio a los miles de agentes que se juegan la vida en la calle. Tanto el ministro como la Dirección General siguen dejando año tras año fuera de la concesión de medallas a compañeros que merecen esta distinción por indiscutibles méritos", señala la organización.
La propuesta del sindicato es que se creen reconocimientos a personal ajeno a la Policía Local y que éstos no se mezclen con el de los policías "que se la juegan en sus intervenciones". "No estamos en contra de reconocer el mérito de las personas ajenas al cuerpo, pero sí del modo en el que se hace actualmente".
Según afirma, se trata de buscar "la justicia y ecuanimidad" en el reparto de medallas. "Lo justo es que las medallas de todos los distintivos alcancen a los policías de todas las escalas si sus intervenciones son dignas merecedoras de las mismas, al margen de favoritismos y regalos que dependen del subjetivo criterio de los que otorgan condecoraciones a discreción".
En su opinión, no se puede mantener en vigor una ley de condecoraciones que data de 1964. "Esta norma preconstitucional y franquista es un recuerdo de épocas pasadas que creíamos superadas y su persistencia en la aplicación de esta ley pone en entredicho a un Gobierno que solo deroga leyes franquistas cuando puede utilizarlas como arma política".
En definitiva, el SUP exige "la inmediata eliminación del sistema de cupos" para las medallas. "Es totalmente inaceptable que agentes merecedores de reconocimiento se vean privados de él simplemente porque en su unidad se ha alcanzado el límite de condecoraciones asignadas. Cuando un policía ha puesto en peligro su vida, la condecoración no debe estar sujeta a restricciones burocráticas como lo son los cupos".
Además, gracias al SUP y una reciente sentencia judicial se ha eliminado la concesión de medallas de plata y rojas pensionadas para mandos que "no cumplían los requisitos y estaban a las puertas de la jubilación". Se les entregaba, afirma el sindicato, como una especie de "premio de consolación" solamente para una escala.
Desde el SUP instan a terminar con el "oscurantismo" de Interior a conceder medallas pensionadas, así como iniciar inmediatamente la reforma de la actual y anacrónica Ley de Condecoraciones de 1964.
"Se deben establecer criterios objetivos y transparentes para la concesión de medallas, crear medallas específicas para personal no policial, y asegurar que las condecoraciones policiales se reserven para quienes realmente las merecen por su labor operativa sin cupos ni agravios ante similares intervenciones que premien los favoritismos, con independencia de la escala y plantilla donde preste sus servicios".
Finalmente, el SUP entiende que es "un deber moral y ético poner fin a estas prácticas anacrónicas que desalientan a los policías que cada día se juegan la vida en nuestras calles". "Para este sindicato la frase 'medallas para quien las merece' es más que un eslogan, y si piensan que vamos a permitir un nuevo atropello, desconocen los valores de nuestra organización".
En líneas generales, estamos de acuerdo en gran parte, con el planteamiento que hacen, si bien cabe decir, que sería muy aplaudible, si consiguen en los términos expuestos “oscurantismo” y de la iniciación inmediata de la actual y anacrónica Ley de Condecoraciones de 1964, según sus propias palabras. Si lo consiguen, háganoslo saber públicamente, para su reconocimiento y aplauso, pero no dramaticen exageradamente, con la expresión de que es un agravio y desaliento, a los miles de agentes que se juegan la vida en la calle, porque llega a consternar a los lectores, dando la impresión de que lo tienen que reponer con cierta asiduidad, ahora, de lo que hagan un protocolo más en consonancia con lo demandado, posiblemente sea necesario, nos parece muy acertado el eslogan de la frase “medallas para quién las merece”.