La tienda de Abderrahman es el comercio activo que nunca cerró más antiguo de la zona comercial del Rastro. Su apertura comenzó a mediados de la Década de los 50 y desde entonces sigue abierta.
La Mezquita Al Yamaa, conocida actualmente como Mezquita Central, aunque ese no es su nombre original, se inauguró en 1947, cuando España aún tenía bajo su gobierno el Protectorado Español en el Norte de Marruecos. Esta tienda fue la primera que se mantiene abierta y se incluyó en los comercios de los bajos comerciales del templo Al Yamaa, la Comunidad.
En la actualidad el comercio de alimentación seca, alimentación envasada, lo llevan dos hermanos, Yusef y Abderahmám. Éste afirma que cuando él nació a mediados de los Sesenta, su padre ya tenía la tienda abierta desde hacía bastante tiempo.
La gran solera que tiene este negocio en referencia a la venta de alimentación seca y también al cambio de divisa, euros-dirhams, ha hecho que se mantenga de forma ininterrumpida.
Sin embargo, aunque el negocio le sigue resultando solvente hasta la fecha, no es menos cierto que las obras que ha llevado a cabo la Ciudad Autónoma en la zona del Rastro le ha causado bastantes perjuicios en cuando a sus beneficios pecuniarios.
La tienda es pequeña y está igual que cuando se inauguró. Es realmente un local casi de museo dentro de una de las zonas comerciales más típicas y tradicionales de Melilla.
Manam, el padre comenzó el comercio cuando los peninsulares venían a Melilla trayendo aceite y otros productos y él los vendía en Melilla y posteriormente se ubicó en un bajo comercial de la Mezquitas Al Yamaa.
Pronto la zona del Rastro comenzó a funcionar como un área comercial muy conocida en la zona, sobre todo en los años sesenta, donde se mantiene todavía la tienda de Especias Kif Kif, uno de los comercios más antiguos en activo de la época. Fotografías Fikri, comenzó con un negocio de platos y utensilios similares antes de dedicarse a la fotografía, pero esta tienda estuvo retenida con la licencia hasta principios de los Ochenta.
Lo cierto es que las personas que abrieron sus negocios en el Rastro han fallecido casi todos. El abuelo de los dependientes de la tienda de Fikri todavía vive. Pero son contados casos.
Muchas tiendas cerraron y se han reinventado ya entrada la primera década del siglo XXI. Las cafeterías en la zona del Rastro son muy antiguas pero no así las de ahora que la mayoría también se han reinventado, aunque algunas son de la vieja escuela.
El Rastro vive en la actualidad uno de los grandes baches económicos que ha acontecido a lo largo de su vida como zona comercial. Las obras de peatonalización de la ciudad Autónoma han arrebatado los aparcamientos de los posibles compradores que podrían ir a comprar allí. Todos los comerciantes que han luchado durante años por mantener su establecimiento como fuente de vida y subsistencia económica están a la espera de que el Gobierno de la Ciudad Autónoma active y arregle los aparcamientos del Mercado Central, que será el pulmón económico de la zona. Sin embargo, todavía no hay una resolución clara sobre este asunto.
Las obras de remodelación y adecuación de estos aparcamientos no han empezado todavía y esta situación no sólo afecta a la tienda más antigua del lugar, sino a todos los establecimientos que allí se ubican.