La última década ha estado marcada por los acontecimientos que ocurrieron hace hoy exactamente diez años.
Aquel 11 de septiembre de 2001, con las primeras imágenes de televisión en las que se veía una de las Torres Gemelas con una columna de humo, poco hacía pensar que lo ocurrido no era más que un sorprendente suceso provocado por el inepto piloto de una avioneta. Los españoles pudieron contemplar la escena mientras comían, con el plato encima de la mesa, un plano fijo de las Torres Gemelas en la pantalla de su televisor y la voz en off de periodistas que comentaban en directo lo ocurrido sin poder aportar más que rumores y especulaciones.
A medida que avanzaban los minutos, la confusión se fue despejando. Entre la sobremesa y el inicio de la tarde ya estaba claro que los ciudadanos de todo el mundo habían asistido en directo al mayor ataque terrorista de la historia contra la primera potencia del planeta.
Aquel 11 de septiembre fue determinante para los acontecimientos que luego se sucedieron en Afganistán e Irak, que a su vez generaron una gran controversia en la escena internacional y que tuvieron consecuencias en la política nacional de los países occidentales.
Sin embargo, hoy, una década después de aquellos hechos, una ola alimentada por ciudadanos que exigen democracia y libertad recorre los países árabes. Son sublevaciones populares que caminan hacia un objetivo totalmente contrario al que inspiraron los atentados del 11-S, una demostración de que los terroristas sólo consiguieron provocar una enorme tragedia humana.