Olvido de información recién aprendida, dificultad en llevar a cabo tareas habituales y para resolver problemas, desorientación de tiempo y lugar, dificultad con el habla, para comprender imágenes visuales, pérdida de objetos personales... son algunos de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. El factor de riesgo más conocido es la edad, el envejecimiento. La cantidad de personas con la enfermedad se duplica cada cinco años, después de los sesenta y cinco. Si se convive con un paciente con Alzehimer, la paciencia será fundamental para ser capaz de manejar la situación con serenidad.
El Faro de Melilla entrevista al doctor Jesús Romero Imbroda, licenciado en Medicina por la Universidad de Granada con especialidad de Neurología en el Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga, completando su formación en Cleveland Clinic, en Estados Unidos. En la actualidad es Académico Correspondiente de la Real Académica de Medicina de Andalucía Oriental. Desde noviembre de 2019 es Jefe de Servicio de Neurología en el hospital Quironsalud de Málaga y Marbella y el CEO de Medical Imbrain.
-El paciente de Alzheimer no tiene control sobre sus acciones o recuerdos. Doctor, ¿cuáles serían los primeros síntomas de alarma de que se padece esta enfermedad?
-La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, progresiva, que se asocia a la edad y que se asocia a la pérdida de habilidades. Entre los primeros síntomas, el más frecuente es la pérdida de memoria, de hechos recientes, de lo cotidiano. Sin embargo, la memoria a largo plazo está bien. Otro síntoma cognitivo sería el cambio de conducta, trastorno de lenguaje (dificultad para encontrar la palabra correcta), la pérdida de habilidades de tareas sencillas que uno sabe hacer, la alteración del ánimo.
-¿A qué edad suele aparecer la enfermedad de Alzheimer?
-Esta enfermedad se asocia a la edad y empieza, sobre todo, a partir de los sesenta y cinco años, siendo más frecuente o prevalente esta enfermedad conforme se avanza en edad. Es decir, a partir de los ochenta es bastante frecuente. Por encima de los noventa años, un cuarenta o cincuenta por ciento sufrirá una enfermedad de Alzheimer. Aún así hay enfermedad de Alzheimer en pacientes precoces, gente joven que, a los treinta o cuarenta años, puede empezar con la enfermedad. De hecho, el primer caso de Alzheimer que describió Alois Alzheimer era August D., una paciente joven, que tenía síntomas neuropsiquiátricos muy avanzados, aparte de la pérdida de habilidades, con agitación psicomotriz. Es decir, si bien la enfermedad de Alzheimer se asocia a la edad tardía también, de forma esporádica y excepcional, puede darse en personas jóvenes y, en estos casos, tiene una vinculación genética (los genes de la presinilina).
-¿Quién sufre más el enfermo o quien convive con él?
-Hay dos perfiles, el paciente que es consciente de la pérdida de habilidades y son ellos mismos quienes consultan al neurólogo que pierde la memoria y curarse. Es tarea nuestra, de los médicos, el descartar otra serie de circunstancias que puedan simular falta de memoria, como la carencia de vitaminas, las alteraciones hormonales, o un cuadro metabólico, así como el uso inadecuado de algunos medicamentos.
Otros pacientes padecen el síntoma de la anosognosia, que es la incapacidad que tiene uno mismo para reconocer que tiene un problema. Es como si la persona expresara: "sé que me falla la memoria pero no le doy importancia y tampoco se la doy a la causa que la provoca". Son pacientes con problemas de memoria marcados, pero ellos se ven bien y, por ello, no acuden al médico por su propia iniciativa sino que van llevados por un familiar (que es quien sufre de forma indirecta el síndrome). En este caso, que es más complejo dado que estos pacientes (reacios a hacerse pruebas o a tomar medicación) no reconocen que están enfermos, por lo que sufre más la familia, que se da cuenta de la situación.
-Se trata de una enfermedad progresiva que afecta a la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Esto ayuda a anticipar los cambios y estar preparados para enfrentarlos. Si me han diagnosticado Alzheimer recientemente... ¿Qué consejos me daría?
-Si le han diagnosticado esta enfermedad recientemente, hay que cuidarse de manera neurosaludable: comer alimentos sanos, evitar los tóxicos como el alcohol o el tabaco, dormir bien, controlar los factores de riesgo vasculares (tensión, diabetes, colesterol). Estar activo desde el punto de vista cognitivo (leer, escribir), social (no aislarse, estar activos, tener conversaciones y sentirse arropado por la familia), físico (hacer ejercicio ayuda a tratar la enfermedad e incluso prevenir el deterioro cognitivo).
-Háblenos de la idoneidad de institucionalizar a un paciente con enfermedad de Alzheimer en un centro socio-sanitario.
-Los centro sociosanitarios actuales son fantásticos con buenos profesionales, donde se vigila la nutrición. El paciente hace actividades y está bien medicado.
Hay que huir del concepto asilo que todavía tenemos en nuestra cultura mediterránea (ese no querer dejar a nuestros mayores en estructuras). A veces, sin embargo, es una decisión adecuada, dado que, en estas residencia, los familiares pueden seguir arropando al paciente con la seguridad de que están muy bien tendidos en un contexto médico oportuno y tomando la medicación adecuada. De esta manera, evitaríamos el síndrome del cuidador que ocurre con frecuencia. Se refiere a las personas que sufren el desgaste físico, psicológico y de su salud en el cuidado constante y continuado del enfermo de Alzheimer en este caso.