El Sindicato Médico ofreció una tregua a la nueva ministra de Sanidad. Lo hizo para que pudiese conocer la situación y tomar medidas urgentes que ayudasen a resolver las justas reivindicaciones que provocaron la huelga facultativa, pero meses después no se ha producido ningún avance. Al contrario, el deterioro de nuestra sanidad pública ha seguido.
Hemos perdido y se perderán varios facultativos con arraigo en la ciudad, se parchean los servicios más deficitarios con privatizaciones (decenas de miles de euros al mes), se avecina la temporada vacacional con la Atención Primaria y Urgencias sin posibilidad de cubrir sustituciones, siguen sin abonarse los excesos de cupo, y así un largo etcétera. Además, continúan los infinitos retrasos de cara al nuevo hospital. Hoy se da por terminada la obra, pero ¿cuándo estará dotado del personal suficiente y cuándo abrirá sus puertas?
El único cambio significativo ha sido el nombramiento a dedo de la nueva directora del Ingesa, que no se ha traducido en nada relevante por el momento. Ser un alto cargo significa implicarse y resolver los problemas, no sólo cobrar y colocar asesores.
Hace justo un año conocíamos el cese de doña Elisa Perlado en un bochornoso episodio (el tercer cese en menos de un año), gerente en funciones y magnífica profesional que luchó por mejorar las condiciones sanitarias de la ciudad en el tiempo que dispuso. La actual delegada del Gobierno afirmó que el Ingesa daría explicaciones sobre el cese. Un año después seguimos esperando. A nivel local continúan las mismas personas y padecemos hace más de un año la ausencia de dirección médica de Atención Primaria.
La ministra y máxima responsable tampoco se ha dignado a venir a las ciudades autónomas, pero mientras tanto ha visitado decenas de países, parece que preparando su candidatura a la OMS y dispuesta a utilizar el Ministerio de Sanidad como trampolín político al igual que sus predecesores. A diario habla sobre cómo debería gestionarse la sanidad pública, mientras los territorios que dependen de ella colapsan. Le pedimos que deje de tomarnos el pelo, se reúna con los facultativos y aborde las soluciones ya.
Ante esta dejadez, los facultativos nos vemos abocados a decir basta, pues ni médicos ni pacientes nos merecemos este abandono y desprecio. Espero que la visita que hoy realiza a Melilla Isabel Muñoz sirva para algo. Nosotros seguiremos luchando por la sanidad pública de calidad que merecemos los melillenses.
Vaya, yo pensaba que con Mónica García iban a resurgir arcos iris por todos los hospitales de España y que cada persona de 90 años que entrara por urgencias con muletas salía bailando la jota, que todas las carencias de pasta de las Comunidades Autónomas las iba a asumir el gobierno central, y no es capaz ni de gestionar como dios manda ni Ceuta ni Melilla.