La consejera de Cultura, Patrimonio Cultural y el Mayor, Fadela Mohatar, anunció ayer que se van a cambiar los baremos para decidir qué personas realizarán los próximos viajes organizados desde su área. La idea es dar prioridad a los mayores que nunca antes han tenido la oportunidad de participar en esas excursiones, así como aquéllos que tienen menores recursos económicos. De lo que se trata, explicó Fadela Mohatar, es que viajen los que no pueden hacerlo por sus propios medios.
Desde que se hicieran públicas las listas de los beneficiarios de los cruceros de este año, las redes sociales recogieron decenas de comentarios reprobatorios de ciudadanos que no fueron incluidos en las listas y, sin embargo, sí aparecían otros que habían viajado en ediciones anteriores de este programa para mayores. Las críticas fueron muy numerosas por entender que no era razonable que hubiera quien viajó hasta tres veces y otros nunca hubieran podido tener ese beneficio.
Desde antes de que todo esto ocurriera, Mohatar ya había advertido dos cosas: una, que se replantearían los cruceros como opción para viajar a la vista del coste que suponen; la otra, que había que revisar el baremo que se dejó en el área de mayores porque no consideraba justo que unos se beneficiaran más que otros de este programa, uno de los más requeridos e importantes para estas personas, que aguardan cada año la convocatoria para tratar de tener plaza y disfrutar de unos días fuera de la ciudad.
Lo que quiere Fadela Mohatar y, por extensión, el propio Gobierno es que los viajes se realicen por España. Entiende la consejera que son muchos los parajes españoles que merecen ser visitados por los mayores melillenses y defendió que si hubiera que salir al extranjero, se buscarían destinos más cercanos, como Portugal.
El caso es que se va a dar un giro importante a este asunto de los viajes de mayores, si bien habrá que esperar críticas y quejas del colectivo, que opta claramente por disfrutar de un crucero que los lleve por el Mediterráneo y a ciudades italianas y francesas a bordo de grandes buques donde obtienen toda clase de servicios.
La consejera deberá enfrentarse a esa situación y planificar destinos interesantes que compitan con los cruceros para dar satisfacción a los mayores, que cada día se muestran más exigentes a la hora de vivir su ocio. Ese será el reto que deba enfrentar Fadela Mohatar y su equipo en los próximos meses. Habrán de realizar un duro trabajo para determinar los lugares que se ofertarán porque, de lo contrario, puede que se produzca una situación de insatisfacción generalizada entre el colectivo beneficiario de estas políticas.
Lo que no parece que vaya a experimentar cambio alguno es la oferta de plazas para los viajes balneoterapéuticos, que se dirigen a personas con ciertas patologías y que se mantienen a lo largo del tiempo para favorecer a esos mayores que necesitan una atención especializada en los baños.
En cualquier caso, habrá que esperar a ver qué va a ocurrir en el futuro. Los mayores esperan los viajes como agua de mayo porque les permite salir de Melilla durante unos días sin tener que hacer un gran desembolso económico, algo fundamental si tenemos en cuenta que se trata de un colectivo con ingresos limitados, como son los jubilados y las viudas.