“La supuesta rectificación del Gobierno sobre la bonificación de las cuotas patronales de la Seguridad Social, mediante el Real Decreto Ley 2/2024, no aporta seguridad al empresario ni deja tranquilo a nadie”. Así se ha pronunciado este jueves el diputado local de CpM, Emilio Guerra, en relación con la vuelta parcial al sistema implantado en 2004.
En opinión del cepemista, con esta nueva disposición "Madrid deja claras sus intenciones". "La Ley 1/2023 y el R.D 660/2023 no fueron errores sucesivos que ahora tratan de corregir, simplemente, han levantado el acelerador por las fuertes presiones recibidas. De momento, dan un margen temporal para finalmente volver a implantar el sistema asfixiante que se pretendía. Todo un toque de atención o advertencia al empresariado y a las pymes locales", comentó.
Para Emilio Guerra, "difícilmente, se estimulará así la contratación y el empleo en el futuro; al contrario, más bien es un anuncio a navegantes para recoger velas". "Es como si nos lanzaran un flotador agujereado. Creo que muy pronto contaremos con más de 12.000 desempleados, y es lógico que los inversores se retraigan y pierdan la seguridad que necesitan".
El cepemista cree que por ese camino, Melilla no tendrá el mejor de los futuros. "Melilla será muy pronto una ciudad fundamentalmente funcionarial, subsidiada y con una sociedad civil y política muy definida, donde la brecha social, la pobreza y la desigualdad irán en aumento".
Guerra entiende que no hay una vuelta real al mecanismo que se ha empleado tradicionalmente en la bonificación de las cuotas. "Lo aprobado, que entrará en vigor a primeros de junio, lejos de restablecer el anterior sistema como así se reclamaba, deja fuera a los contratos temporales, cuando todos sabemos que es un sector importante en nuestra estructura económica. No se aplicará con carácter retroactivo -lo que significa que no existe voluntad de enmendar errores- y establece un marco temporal –hasta 2026- absolutamente incomprensible si como dicen, la ley trata de mejorar las condiciones de empresas y trabajadores melillenses".
Por último y bajo su punto de vista, Melilla sigue siendo la provincia española más olvidada. "No es demagogia hablar de una deuda histórica que ningún gobierno ni partido nacional ha logrado restituir, por lo que es necesario que los melillenses seamos conscientes y reaccionemos", finalizó.