El curso ‘El tránsito de mena a adulto inmigrante en España’, organizado por el centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), celebró este miércoles su segunda jornada, que contó con dos ponencias.
En la primera, la magistrada juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Melilla Alicia Ruiz hizo un recorrido general por la normativa y por los conceptos que la inspiran y habló de cómo se ha trasladado al ordenamiento jurídico interno y cuáles son los problemas que plantea una normativa que “no está muy bien estructurada ni es muy acorde a las necesidades y al interés del menor”. La magistrada apuntó que, pese a lo que pueda parecer y pese a ciertos mensajes “de inseguridad” e inciertos por parte de algunos políticos, ha bajado el número de menores extranjeros no acompañados en Melilla. En este sentido, Ruiz hizo alusión a un determinado estudio que demuestra que estos menores que llegan a España lo hacen con la intención de integrarse y que, en cambio, “lo tienen muy difícil a causa de la normativa, de los prejuicios y de determinados tópicos y bulos que no tienen base fáctica ni jurídica alguna”.
Para luchar contra esta imagen, la magistrada propone “ponerle mucha voluntad” y aseguró que “ya se están haciendo cosas”, como este curso, para ver “cuáles son los problemas reales y no aquellos que suenan, que con mucha frecuencia no son los reales”. Los reales, para Ruiz, son que no hay dotación suficiente y que no hay voluntad desde determinadas esferas, principalmente desde las administraciones locales, que son las que tienen un contacto más directo con los mena y sin olvidar que el Gobierno central “muchas veces se pone de lado”. “Voluntad y paciencia” son las recetas que aportó la magistrada, quien piensa que hay que abordar el asunto “con la mente abierta” y pensando que se puede sacar provecho de la variedad y la mezcla de culturas.
Para Ruiz, es necesario ponerse en su piel y pensar que son personas que “vienen de una sociedad muy pobre y desestructurada y lo que buscan es una oportunidad”. Lamentablemente, añadió, “la normativa no está precisamente establecida para brindarles esa oportunidad, sino todo lo contrario”. De hecho, en su opinión, “es triste que en un Estado de Derecho se dicten resoluciones carentes de fundamento y que jueguen con la vida de las personas” y concluyó que, aunque, como en todos lados, habrá “casos problemáticos”, normalmente sucede lo contrario y estas personas tan sólo buscan su oportunidad, “como haríamos nosotros si estuviéramos en su situación”.
Ante este tipo de clichés, insistió en su charla, titulada ‘Variables en la documentación de los mena en su tránsito a la adultez’, la receta es “mente abierta y voluntad proactiva”.
Solidaridad entre territorios
A continuación, intervino la trabajadora social del Servicio de Protección a la Infancia de Castilla y León Carmen Ruth Boillos, quien habló del caso particular de cómo se les atiende en esa comunidad autónoma, que ni es fronteriza ni tiene puero ni aeropuerto, lo que implica que los niños, cuando entran en España, no lo hacen a ese territorio.
Dentro del criterio de solidaridad interterritorial en España, se hace una distribución de esos inmigrantes irregulares –mena en este caso–. Particularmente en Soria, donde ella trabaja, hay tres ONGs que ayudan a los inmigrantes.
En cualquier caso, según cuenta, aprovechando que se trata de la conocida como España vaciada, “parece que el criterio del Gobierno es mandar a mucha gente allí”, aunque luego hay que ver si hay suficientes recursos para todos. “Pero, bueno, nosotros también pedimos solidaridad para otras cosas y en este caso somos solidarios”, anotó.
A su parecer, la principal diferencia entre Melilla y Soria en cuestión de atención a los mena tiene que ver con que la segunda no es una ciudad autónoma, sino que pertenece a un territorio bastante más amplio y sin una densidad poblacional para la que los menores supongan un gran problema en cuanto a la exigencia de recursos que pueda tener una localidad. “Nosotros formamos parte de una comunidad autónoma con nueve provincias. Podemos redistribuir mejor los recursos”, explicó.
En cuanto a si, en general, están bien distribuidos los mena en el país, Boillos admitió que algunas regiones aceptan a menos que otros. Al final, se trata de los convenios interadministrativos. En Castilla y León, por ejemplo, los tienen firmados con Melilla, con Ceuta y con Canarias, por lo que van acogiendo a menores en función de ellos.
Por último, dejando aparte los niños españoles que también se encuentran en estos centros por estar en una situación de desprotección, la trabajadora social recordó que los mena tienen la doble condición de ser extranjeroas y menores en una situación de desprotección, “y no se nos puede olvidar lo último por repetir tanto lo primero”.
A continuación, al igual que el martes, se realizó una mesa redonda con las ponentes.
El curso acabará este jueves con otras dos conferencias y una mesa redonda con dos ex mena.