Un guardia civil del GRS que actuó durante el salto a la valla del mes de marzo de 2022 ha perdido la especialidad como consecuencia de las secuelas que sufrió tras ser lesionado en el enfrentamiento con los inmigrantes. Uno de ellos, de hecho, le asestó un golpe con un palo en la cabeza y el casco no le protegió suficientemente, según denuncia la AUGC, organización que culpa de la situación a las deficiencias del material de protección que poseen los agentes.
"Uno de los motivos pudo ser la antigüedad del material, ya que el 93,6% de los cascos dotados tienen más de 20 años con el total conocimiento de la Dirección General de la Guardia Civil", señala la asociación profesional.
Los sucesos, ocurridos en marzo de 2022, dejaron a 16 guardias civiles heridos cuando un grupo de más de 2.500 inmigrantes de origen subsahariano intentaron acceder al área melillense ubicada entre Farhana y el Barrio Chino. El asalto fue masivo y de gran violencia, y finalmente lograron acceder a España alrededor de unas 500 personas en situación irregular. Algunos de ellos portaban garfios, palos, tornillería en los zapatos y también lanzaron piedras contra los agentes. De este modo pretendían evitar que nadie les impidiera el paso.
Ante la situación, la Guardia Civil, con ayuda de la Policía Nacional y Local, intentó neutralizar la entrada de la avalancha humana. Pero finalmente 16 agentes resultaron heridos. Y ahora uno de ellos pierde la especialidad de GRS derivada de las lesiones de un traumatismo y por portar un casco de los años 90.
"El litigio surge cuando tras las lesiones sufridas, el agente recibe una limitación del 10% siendo incompatible con la especialidad de GRS. La fisura que el agente sufrió a consecuencias del mal estado del casco, ocasionó varias lesiones, y una de ella en las cervicales, derivándole otros problemas de salud", apunta AUGC.
Esta organización señala que uno de los proveedores de este equipamiento afirma que la vida útil de las carcasas de sus cascos es de 10 años. Aun así pueden tener una mayor duración en función del uso, mantenimiento y conservación, pero transcurridos esos 10 años, la empresa ya no se hace responsable del correcto funcionamiento del mismo. En cualquier caso, desde la Dirección se reconoció que tampoco existe un procedimiento para el mantenimiento y trazabilidad de reparación de estos equipos que protegen al agente frente a riesgos graves. Sólo hay inspecciones oculares del material, algo que, en su momento, se puso en conocimiento de Riesgos Laborales.
"Ahora, este guardia civil, sin ningún reconocimiento a su labor por acudir a la llamada del oficial presentándose al servicio en su día libre, tiene que perder su especialidad de GRS por la falta de atención de la Dirección General en suplir las deficiencias del material antidisturbios con los que tienen que prestar servicio los guardias civiles ante situaciones tan peligrosas", explica.
Por este motivo, la AUGC vuelve a pedir cascos y escudos que tengan más calidad y proporcionen mayor nivel de protección, como los que utilizan los miembros de las Unidades de Intervención Policial de la Policía Nacional. "La Guardia Civil necesita que la Institución proteja y que no olvide las necesidades ni los riesgos a los que nos exponemos día a día o en situaciones como éstas. No queremos lamentar ningún tipo de daño eludible con la provisión de un material antidisturbios de calidad y actualizado. Y con ello no sólo hacemos referencia a los cascos o escudos, también a los chalecos, las coderas, espinilleras y máscaras".