Melilla y Ceuta finalizaron el pasado 2022 con la menor tasa de interrupción voluntaria de embarazo (IVE) de toda España. Solo 3,8 mujeres por cada 1.000 habitantes llevaron a termino esta práctica en comparación con el 11,68 de media nacional, según datos del Registro Estatal de IVE publicado por el Ministerio de Sanidad. Estas cifras reflejan las dificultades a las que se enfrentan numerosas mujeres al año para tomar esta decisión, siendo el 45% de los abortos llevados a cabo por la vía ilegal. Así lo ha publicado recientemente la web ConSalud.es.
Según esta publicación, las barreras para abortar en Melilla se ven atenuadas, debido a sus características socioculturales, demográficas y políticas. Además de estas cifras, cabe destacar que, por la objeción de conciencia, no existen centros púbicos ni privados que lleven a cabo esta práctica en la región, y por tanto todos los abortos tienen lugar en una clínica concertada en la ciudad andaluza de Málaga.
Por estos motivos, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) ha realizado un estudio para analizar la baja tasa de abortos en Melilla, motivo por el cual las mujeres se ven obligadas a buscar alternativas para interrumpir su embarazo. En este sentido, la entidad asegura que “resulta relevante esta investigación que se plantea, desde una perspectiva de los derechos humanos sexuales y reproductivos, identificar y analizar qué barreras existen de acceso al aborto desde el punto de vista de los/las profesionales sanitarios/as más directamente implicados/as con la prestación, así como una aproximación al recorrido que finalmente tienen que hacer estas mujeres para poder abortar”.
En este estudio, desarrollado en dos fases y basado en un total de ocho entrevistas, se identificaron hasta 13 barreras para acceder a la interrupción del embarazo. Objeción de conciencia, desplazamiento a la Península, tiempos de espera, pasos intermedios innecesarios, estigma, déficit de información, barrera idiomática, situación geográfica de Melilla, problemas de protección de datos personales, situación administrativa irregular, barrera cultural, ausencia de clínicas privadas y necesidad de consentimiento de terceros a adolescentes de 16 y 17 años para viajar, son las limitaciones que reflejan los resultados de esta investigación, siempre según ConSalud.com.
Sin embargo, los profesionales sanitarios consideran que no existen obstáculos y el proceso es rápido y fluido. No obstante, la evidencia sostiene que, si las mujeres deben desplazarse fuera de Melilla y no tienen la suficiente información para acceder al aborto, sí existen barreras para la interrupción voluntaria del embarazo por el método legal.
Sin embargo, las mujeres sanitarias que participaron en estas entrevistas aseguran que existen limitaciones en el acceso de mujeres por su estatus legal o situación administrativa, así como por su identidad cultural. “Las mujeres musulmanas tienden a pasar de forma encubierta por el circuito con mayor asiduidad que el resto, a la vez que llevan el embarazo a término con mayor frecuencia”, aseguran los investigadores. A esto se suma la dificultad de todas las mujeres que están en una situación administrativa irregular, principalmente de origen marroquí, que solo pueden abortar si traspasan la frontera y acuden a clínicas clandestinas en Marruecos, por la dificultad para acceder al circuito por el Sistema Nacional de Salud.