NO sé si sabrán que los Héroes que murieron hace ya décadas, parece que fallecieron menos, porque todos ellos continúan viviendo en nuestros corazones, tal y como se fueron a la Gloria. Debo decir que hace algunos años se celebró la imposición de la Cruz Laureada de San Fernando, como Laureada Colectiva, al Rgto. de Cazadores de Alcántara nº 14 de Caballería, y en la corbata de la referida condecoración se podrá leer la leyenda: “Regimiento Cazadores de Alcántara 14 de Caballería. Annual. 1921”. La “Carta” de hoy la escribe un Soldado de Infantería, y dice así:
“Queridos melillenses, me llamo Elías Rodríguez Casado. Soy Soldado del Regimiento de Ceriñola nº 42, nací en San Mamed, un pueblito de la provincia de Orense, hace 22 años. A las seis y media de la mañana, del día 19 de diciembre de 1909, según el parte médico, fallecí en el Hospital Militar de unas fiebres tifoideas. De vez en cuando converso con el Alférez, José María Lazaga y Ruiz, perteneciente a la dotación del ‘Laya’, que no se cansa de repetir, a quien desea oírla, la hazaña que el Comandante Juan Velázquez y Gil de Arana, protagonizó, en julio de 1921, junto a un tercio de la guarnición de Sidi Dris, del que estaba al mando. Dice que el Comandante Velázquez cayó, junto a sus soldados, como un héroe, después de haber solicitado, a través del Capitán Sanchis, del `Princesa´, al Alto Comisario, General D. Dámaso Berenguer, sin poder recibirla. Dice el Alférez Lazaga que él también fue herido de cinco balazos, mientras marchaba con dos botes, uno a motor, y el otro a remos, en su ayuda. Murió en Melilla el 30 de julio de ese mismo año y aquí está, junto a mí, charlando como un amigo toda la vida, ya que llevamos juntos más de 90 años. Me comenta que si él en 1921, tenía 25, y yo en 1909 cumplí los 22, debo ser mucho mayor que él: -Y qué, mi Alférez, ambos somos jóvenes, y si estamos aquí con los que caímos por la Patria, ese es el inmenso orgullo que todos sentimos-. El Comandante Velázquez, que siempre anda junto de él se ha acercado, y fundiéndose en un abrazo, haciendo de su mirada cómplice de la mía. Al Comandante se le nota en sus ojos un profundo agradecimiento hacia el Alférez, porque dice, que gracias a éste, le fue concedida la Laureada, póstuma, y también que salvó algunas vidas de sus hombres, cuando los sacaba en los botes hacia su barco, el `Laya´. También está cerca de nosotros, Luís Cistué Castro, Alférez de una Sección del 4º Escuadrón, del Regimiento de Cazadores de Alcántara, nº 14 de Caballería. Por lo visto, ambos son muy buenos amigos. Éste alférez cayó, heroicamente, en las cargas del Gan, al frente de su Sección, y su cuerpo fue dado por desaparecido, junto a cientos de soldados; pero cuando fueron recuperándolos a todos, de su cruel abandono, los trajeron a este lugar donde en la actualidad reposan en el `Sueño de los Justos´, junto a los que caímos por esta ciudad, durante todos los siglos, desde su Conquista.
Ahora, deben disculparme si les dejo, porque el Alférez de Caballería anda muy ilusionado, por esa concesión de la Laureada Colectiva que le van a imponer, junto a sus compañeros de regimiento, y la verdad es que eso, no me lo pierdo. Reciban un fuerte abrazo.”
Bueno, pues aquí lo tienen ustedes, queridos lectores: hasta nuestros Héroes andan entusiasmados por esa imposición que España, nuestra Patria, les va a hacer a sus compañeros, los Cazadores del Alcántara, nº 14 de Caballería. A pesar de la distancia, desde esta otra orilla, con todo mi corazón, e ilusión, yo me sumo a ese entusiasmo.