Desde hace siglos no nos encontrábamos en una situación como la actual. En aquella ocasión Fernando VII, el más felón que hemos tenido en la monarquía, vendía España a quien le diera algo por ella. Ahora nos encontramos con una situación peor. Y digo peor porque nos encontramos con el felón Sánchez, que por sentarse en la presidencia del gobierno, vende a su madre y a su padre a tal fin.
La existencia del Sr. Sánchez es lo más vergonzoso que haya pasado en los últimos 40 años. Pero cuando se habla de ilegalidades, no basta con decir que es una decisión política. Si esa decisión es ilegal, habrá que tomar medidas contra eso. El hecho de que el Fiscal General de Estado no objete nada a los compromisos que esta signando el felón Sánchez, dice mucho de esa persona. Dice que le importa muy poco la legalidad, que le importa muy poco la Constitución y que le importa muy poco, todas aquellas personas que dieron su vida por España.
La Constitución se puede cambiar, eso está claro. Pero si el felón quiere cambiarla, que lo haga, con las formalidades que se establecen. Produce vergüenza propia y ajena los desmanes que este individuo está haciendo. Pacta con aquellos que quieren romper la unidad de España. Pero el problema es que para evitar eso está la Policía, la Guardia Civil y el Ejército. Y no vale decir que es una decisión política, lo que es ilegal lo es. Y no vale decir, es que es mi superior, y le debo obediencia. La obediencia debida ya no es excusa para amparar actuaciones que son verdaderos delitos. El simple intento de subvertir la legalidad es un delito y hay que perseguirlo. No vale que el infausto Marlaska de orden o no de perseguir el delito. La fuerzas de seguridad del Estado deben perseguir aquellas actuaciones delictivas. Y el Ejército está para garantizar la unidad de España. No se trata de una asonada como las del siglo diecinueve, en las que algunos militares entendían la política como algo suyo. No se trata de eso, se trata, que a este paso va a ocurrir como cuando se produjo la invasión francesa en 1808, que los civiles pedían armas para defender la Patria. A este paso vamos a tener que hacer lo mismo, porque están intentando romperla, los malditos independentistas dirigidos por el delincuente fugado. Tenemos unos grandes jueces que han demostrado lo que es impartir justicia. Y lo han hecho como Dios manda. Sin cortapisas. He tenido el honor de conocer algunos de ellos y digo sin temor a equivocarme que estos jueces salvan la convivencia ciudadana de una manera absoluta. Estos verdaderos héroes, amenazados, perseguidos por los terroristas, son los que poniéndose en primera fila desafían a los sediciosos, a los terroristas y en general a aquellos elementos asociales. Pero en este momento, es a ellos a los que hay que apoyar como emblema de convivencia en paz, de convivencia social pacífica. No vale que un puñado de delincuentes catalanes quieran romper una nación para conseguir su beneficio personal. Hay más en juego. Y de todas formas, la presunta y delictual amnistía, ¿ sólo para ellos?.
Qué ocurre con los demás españoles y extranjeros? Y el principio de igualdad, que dice que todos somos iguales ante la ley. ¿Qué ley? ¿La que nos quieren imponer? Y después de esto, ¿nos esclavizarán para que unos cuantos sinvergüenzas vivan a cuerpo de Rey?
Y hablando del Rey, ahora le toca dar la cara y plantar cara a los sediciosos, incluido al felón Sánchez. No puede quedarse de perfil sin decir nada. No puede más que defender la Constitución que juró defender y como militar y en su lenguaje, hasta la última gota de su sangre. O hará como otros monarcas Borbones. Ahora es el momento de hacer, no de dejar pasar el tiempo.