La AEM fue el escenario de la conferencia, en la que se analizó la estrategia británica para acabar con uno de los buques más carismáticos del III Reich.
La Asociación de Estudios Melillenses (AEM) volvió a ser el escenari o de una nueva charla, en esta ocasión a cargo del historiador melillense, José Manuel Vidal, quien ofreció en esta ocasión la posibilidad de conocer algo más sobre la historia de uno de los acorazados más carismáticos de la armada del III Reich.
En este sentido, Vidal recordó que ésta fue la única operación de combate del acorazado en su corta historia, pues finalmente fue hundido por la armada británica, eso sí, tras el lanzamiento de unos 2.000 proyectiles .
La historia del Bismarck comenzó en mayo de 1941, momento en que el buque es asignado a una misión en el atlántico con el fin de interceptar a los mercantes norteamericanos.
En cualquier caso, la ruta que siguió no era la común, pues parece que fue hacia el norte, en dirección al ártico, para bajar más tarde hacia el atlántico.
Pese a ello, al fondear en Noruega, fue detectado por los servicios secretos británicos, que dieron cuenta del caso.
Finalmente, fue detectado entre Groenlandia e Islandia, momento en que comenzaron las operaciones para ser hundido. Pese a ello, fue él el que hundió a un acorazado británico, aunque quedó algo dañado al haber recibido varios disparos.
La fuerza naval británica montó una operación para hundir el barco y tras ello, varios buques lograron rodear al Bismarck. El día 26 de mayo se localiza el buque. En total eran 64 barcos británicos contra el Bismark.
Por último, un torpedo bloqueó sus timones y así se convirtió en blanco fácil de los barcos británicos. Fueron necesarios 2.000 proyectiles y finalmente, fue hundido por su propia tripulación. De los casi 2.000 efectivos con que contaba, tan sólo se salvaron unos 150, que fueron recogidos en los barcos británicos.