Las calles más centricas de Melilla, el corazón de la ciudad, van cambiando su aspecto paulatinamente. Diversas obras han servido para de reparar los desperfectos que ha ocasionado el paso del tiempo en los edificios, muchos de ellos, joyas de la arquitectura modernista. Son inmuebles que, una vez adecentados y recuperado su aspecto original, otorgan una impronta señorial a la ciudad que sorprende a los ciudadanos que nos visitan. Quienes estamos acostumbrados a ver a diario estas construcciones muchas veces no sabemos apreciar su valor.