Si visitan las redes sociales habrán visto que es muy frecuente que muchos ciudadanos protesten por la suciedad en las zonas en las que residen y a la vista de las fotos que cuelgan, razones no les faltan. La limpieza de la ciudad fue la gran asignatura pendiente del anterior Gobierno y ahora la Consejería de Medio Ambiente se ha tomado muy en serio la necesidad de adecentar nuestras calles poniendo en marcha una campaña de choque que, en principio, parece estar dando buenos resultados.
El caso es, sin embargo, que los melillenses tenemos que ser conscientes de que la limpieza es cosa de todos, que lo mejor es no ensuciar innecesariamente y que resulta imprescindible seguir las normas a la hora de depositar los residuos porque de lo contrario, no habrá suficiente esfuerzo en el mundo para mantener limpia la ciudad. Eso es así, se trata de un argumento irrefutable.
No es de recibo que los servicios de limpieza pasen por alguna zona concreta y que a la media hora esté de nuevo llena de basuras, no se puede consentir y sería muy conveniente que haya una mayor vigilancia para impedir acciones tan incívicas, que solo perjudican al conjunto de los ciudadanos.
Hay lugares que se consideran estercoleros así como así y no hay manera humana de que se deje de acumular residuos en ellos. Están situados fundamentalmente en la periferia de Melilla y siempre son las mismas ubicaciones las que se utilizan para arrojar lo que sobra. De hecho, acumulan basuras ilegales como los neumáticos, algo en lo que ya está interviniendo Medio Ambiente, según ha anunciado su titular, Manuel Ángel Quevedo, quien ha señalado que ya se ha pillado a dos empresas realizando esos vertidos, han sido denunciadas y deberán pagar las correspondientes multas.
Melilla dispone desde hace algún tiempo de un punto limpio donde depositar residuos especiales, tipo electrodomésticos, entre otros. Es decir, no hay motivos para dejar colchones, neveras y demás artículos en plena calle. Es tan simple como llevarlos a las instalaciones que están preparadas para recibir ese tipo de desecho, ubicadas cerca de la Cañada de Hidum.
El Gobierno hace bien con esa limpieza de choque que está llevando a cabo por distintos puntos de la ciudad. Es muy necesario actuar para devolver una mejor imagen a Melilla, pero no debe pasar por alto la idea de desarrollar campañas de concienciación entre los ciudadanos y, sobre todo, los más pequeños, que deben aprender a respetar las calles y muchas veces no se les inculca esa norma cívica en sus hogares.
Toca que los ciudadanos seamos responsables y respetemos las normas para poder sentirnos orgullosos de Melilla, de su imagen pública, máxime cuando el Gobierno habla de desarrollo turístico y empieza a tomar medidas para conseguir que la ciudad sea un lugar atractivo para los visitantes.