El comercio tradicional tiene muchos retos que asumir en estos tiempos. Las tiendas de toda la vida bajan la persiana cerrando largas etapas donde familias y vecinos de toda la vida han realizado sus compras y compartido anécdotas y vivencias.
Melilla, por supuesto, no es la excepción a este fenómeno que es global. Sin embargo, un establecimiento histórico de nuestra ciudad, Alimentación Pachón, continúa atendiendo a sus clientes después de 115 años de actividad con la misma familia, no obstante, ha decidido cambiar de manos.
Situada en la calle Fortuny, número 6, Alimentación Pachón cambiará de dueño por jubilación y pasará a José Manuel, empleado del negocio, quien llevará el negocio desde el mes de septiembre con un nuevo nombre.
El dueño del negocio, Miguel, explica que pese a dejar el negocio, el local permanecerá abierto al público.
"No cerramos definitivamente, sólo cambiamos de manos. Esto se alquila y seguirá funcionando como lo ha hecho todos estos años. Cerraremos un par de semanas en septiembre para darle un lavado de cara y para mediados de ese mes ya estará funcionando".
Miguel afirma que el cambio de manos se debe a que sus dos hijos han decidido no continuar con la tradición familiar, después de cuatro generaciones consecutivas llevando el negocio.
Su bisabuela, María, abrió el negocio allá por el año 1908 cuando Melilla era una ciudad muy distinta. "Esto lo abrió mi bisabuela Maria, después paso a mi abuela Concha, luego a mi padre Fernando y luego yo y ahora pasará a José".
Esta tienda ofrece a los clientes una serie de productos como embutidos, queso fresco, bebidas y bocadillos, aunque también disponen de otros productos. Los clientes son fijos desde hace muchos años y el negocio se mantiene gracias a la venta de embutidos, bocadillos y las compras ligeras de las vecinas.
Miguel reconoce que las grandes superficies como los supermercados han hecho mucho daño al negocio, pues dicen que representan una competencia 'dura'.
El barrio de Concepción Arenal también se verá afectado por la salida de la familia. Miguel dice que el hecho de no bajar la persiana es todo un alivio para los vecinos del barrio, aunque, sostiene, es un cambio en definitiva. "En el barrio somos toda una institución, ten en cuenta que llevamos en la misma esquina, con la misma familia durante cuatro generaciones", dijo Miguel.
Afortunadamente, Alimentación Pachón no cierra y para el próximo mes de septiembre, los melillenses podrán seguir contando con un nuevo establecimiento, aunque con el mismo espíritu que siempre ha tenido.
"Nos hubiera gustado jubilarnos ahora en julio, pero había que hacer mucho papeleo. Ahora estamos de liquidación, gastando las existencias. En septiembre, después de una reforma, José llevará el nuevo negocio".