El presidente regional del PP, Juan José Imbroda, ha querido poner de manifiesto los intentos que hubo en los últimos cuatro años para tratar de desestabilizar el partido en Melilla, una operación que, según afirma, vendría de fuera de la organización, pero que habría aprovechado a ciertos militantes para transmitir a la opinión pública la idea de que había una gran contestación interna que, según afirma el dirigente popular, nunca se produjo. Imbroda no olvida que fue su negativa a apoyar la candidatura de Pablo Casado a la presidencia nacional del PP la que motivó que algunos afiliados, incluso integrados en la dirección, que no siguieron la directriz regional de votar a Soraya Sáinz de Santamaría, fueran arropados por el Gobierno autonómico con el fin de moverle la silla al líder del PP melillense. De todos ello y de algunas otras cuestiones internas, Imbroda ha hablado con El Faro, al que ha asegurado que lo sucedido en la campaña electoral del 28 de mayo ha puesto punto y final a situaciones indeseables para la ciudad.
-¿Es difícil desde el punto de vista personal perder el gobierno aún habiendo ganado las elecciones?
-Se puede ganar y perder pero evidentemente mejor es ganar limpiamente y perder limpiamente también. Pero es que en 2019, el PP ganó las elecciones y lo que era antinatural desde todos los puntos de vista es que un candidato, un diputado, de Ciudadanos, el único que tenía, optara por irse con los partidos que no eran afines como CpM o el PSOE, en tanto en cuanto había un pacto nacional en aquel año mediante el que se llegó a acuerdos en todas las provincias y comunidades autónomas de España. Y, además, el mandato que había por parte de la dirección nacional de Ciudadanos a su representante aquí era que se abstuviera o apoyara al PP. Siempre es complicado saber que has ganado en una situación difícil en aquellos tiempos, en los que también hubo unos hechos raros que cada día en estas elecciones lo hemos visto más contundentemente. Siempre es difícil ganar las elecciones y ver cómo un pacto de perdedores ocupan el Gobierno. Pero bueno, se puede vivir también con eso.
-¿Influyó de alguna forma perder ese Gobierno a nivel interno en el partido?
-Coincidió aquello con cosas que pasaron poco tiempo atrás en el partido. Se había ido Rajoy, se produjo un cambio a nivel nacional en el PP y había entrado otra dirección. Es claro que yo apoyé la candidatura de Soraya para ser presidenta a nivel nacional. Yo no voté a Pablo Casado y mucho menos a su secretario general, Teodoro García Egea. Eso dio pie a que alguno entendiera que por esa vía, arrimándose a ese querer, podía conseguir tal vez algo más que de otra manera habría sido difícil o casi imposible.
No voy a negar lo que es evidente: creo que hubo un cierto movimiento, aunque muy minoritariamente, que estaba jaleado exteriormente mucho más que lo que realmente era en sí.
-¿Cómo han sido estos cuatro años para usted?
-Hay un refrán que dice ‘no mal que por bien no venga’. Me ha servido bastante. Me ha servido para ver qué labor de Gobierno hacía aquel pacto de perdedores, cómo ha estado la ciudad en estos cuatro años y, sobre todo, cómo se ha desarrollado la sociedad melillenses al compás de los hechos políticos que ocurrieron hace 4 años y claro siempre se aprende y siempre sirve. A mí me ha venido muy bien. Hemos hecho una oposición bastante contundente, muy seria y muy rigurosa. Hemos conseguido en esta oposición que no se cometieran muchas más tropelías de las que se han cometido y me ha servido para enlazar más con el partido, con las bases del partido, y para estar mucho más atento a la opinión pública, a la opinión de la calle. Yo creo que tengo un balance bastante positivo para mí, desde el punto de vista vital, humano, político, personal de estos cuatro años. Sí considero que no ha sido tan bueno para la ciudad, que ha sido un verdadero desastre.
-Siempre se especuló en estos años atrás con que había roces internos en el partido…
-Yo no diría roces, diría quizás impulsado por los mismos partidos que estaban en el Gobierno, por llamarlo de alguna manera, impulsado por ahí, influyendo en un punto de vista político-mediático, han intentado en estos cuatro años provocar dentro del PP alternativa, o alguna ruptura, o desestabilización… Sí, desestabilización es la palabra. Lo han intentado por todos los medios los que estaban en el Gobierno. Puede que alguno dentro del partido escuchara cantos de sirena en algún momento pero no ha sido nada dramático ni nada que se le parezca. Al revés, yo siempre me he sentido muy respaldado siempre en estos cuatro años con todos mis compañeros o la inmensa mayoría de ellos.
Ha sido mucho más creado ese fuego, ese roce como usted dice, moviendo el agua en un cubo para provocar que aparentemente pareciera que yo tuviera una contestación fortísima dentro del partido y que había que acabar, innovar, echar a los que estábamos. Era mucho más lo que estaban pretendiendo desde fuera que lo que estaban pretendiendo los de dentro.
-A pesar de todo, siempre se sintió muy arropado por la inmensa mayoría de los militantes, ¿cierto?
He tenido la gran suerte de que los ciudadanos en su mayoría nos han estado apoyando a todas las candidaturas que he presentado, en las que yo he estado, desde el año 2000 hasta ahora. Yo me he sentido siempre muy arropado dentro del partido. El hecho evidente es que estoy aquí hablando con usted en este momento habiendo obtenido un resultado electoral magnífico, extraordinario en estas últimas elecciones.
Otra cosa es que haya habido algún canto de sirena, alguien concreto que haya podido pensar o creer que podía tener la fuerza suficiente para hacer algo. Pero más que nada estaba jaleado desde fuera, arropado por presiones y por intereses externos al PP que han intentado aprovechar estos cuatro años para romper el partido o cambiarlo para hacerlo irreconocible. Pero yo me he sentido siempre inmensamente apoyado.
Es cierto que evidentemente no apoyé a Pablo Casado y que la dirección nacional en algún momento pudo sentir duda. Así fue en las elecciones del año 2019 cuando a la hora de confeccionar las listas electorales es verdad que tuvimos unas presiones como nunca habían ocurrido en el PP. Y yo he estado con el presidente Aznar, con Rajoy y ahora estoy con Feijóo y es cierto que hubo presiones entonces, externas también, de cierta magnitud.
Al final ha pasado lo que ha pasado, que hemos conseguido la inmensa mayoría del partido poner sensatez, orden democrático y estar donde estamos ahora mismo
-A más de un observador político de la ciudad no le pasó por alto que Madrid mandara a un emisario el año pasado para dejar claro que Génova apostaba por usted frente a cualquier juego interno. ¿Qué supuso ese apoyo tan importante desde la dirección nacional?
-No es ningún secreto que al no ser proclive a la dirección nacional que había, desde el punto de vista de votación, de campaña electoral, ha habido algunas tensiones y algunos que han pretendido… Yo creo que antidemocrático y antilógico venir de alguna manera a enmendarnos la plana pero bueno, eso ya se acabó. Entonces, qué pasa con la dirección nacional. Pues que tuvo problemas con Juanma Moreno, con Isabel García Ayuso, etc. y ya ven ustedes dónde están.
La nueva dirección nacional desde el primer minuto entendió que el apoyo debe ser fortísimo. No en vano llevamos más de 20 años ganando todas las elecciones y no tenía sentido que no tuviéramos un apoyo cien por cien y sin condiciones. Por eso vinieron para apoyarme cien por cien y sin condiciones.
-¿Cree que el Gobierno local maniobró de alguna manera para tratar de que usted fuera apartado de su partido?
Sí, estoy convencido que desde el Gobierno local se ha intentado desestabilizar al PP en estos cuatro años. Estoy convencido totalmente. Se ha usado a personas, se han usado medios materiales importantes. Ya he dicho que hubo de alguna manera una presión mediático-política partidaria de forma notable y se intentó crear un mal ambiente interno.
Por eso, en el Congreso de septiembre, cuando gano yo internamente de manera además muy nítida, muy clara, un político de los de este Gobierno salió mostrando su enfado públicamente no sé si porque no esperaban que yo ganara o estaban muy molesto porque yo había ganado el Congreso.
-¿Fue el Congreso de septiembre el principio de la gran victoria electoral del PP en mayo pasado?
El Congreso Regional estuvo bien, estuvo magníficamente bien. Al final, todo aquel ruido de sables, que era más ruido que nueces, se recondujo con un Congreso totalmente democrático en el que participaron más de mil militantes, que son muchos. Hicimos un alarde democrático total. Me votaron, salí elegido por una inmensa mayoría de los votos y los avales. Salí muy reforzado. Entonces, yo creo que fue un hito muy importante porque aparte de vivirlo intensamente dentro del partido, cara al exterior, a la opinión pública, se vivió muy intensamente también porque se sabía que ahí estaba el partido que podía ganar las elecciones, que podía cambiar la situación de Melilla.
Lanzamos a la sociedad melillense un gran mensaje de democracia interna y de limpieza con un respaldo inmensamente mayoritario para mi candidatura. Esto nos vino muy bien al PP cara a la opinión pública. Los mensajes que dimos fueron muy nítidos y penetraron bien entre los melillenses. Fue un momento muy importante. Quizás haya sido el Congreso más importante del PP de los últimos 23 años.
-Su figura política se ha reforzado de un modo excepcional en estas últimas elecciones. ¿Qué tiene Juanjo Imbroda que le ha permitido ganar todas las elecciones a las que se ha presentado desde el año 2000?
-Fíjese qué cosa le contesto. En el año 2019, en las generales que me presenté al Senado, saqué más votos que al Congreso de mi partido. Ya sabe cómo se vota en las generales: al Congreso de los Diputados se coge la papeleta del partido pero al Senado hay que poner cruces en las personas que se eligen. Yo saqué más votos que el PP. Eso quería decir que tenía bastante respaldo de los ciudadanos. Afortunadamente siempre ha sido así.
La verdad es que no lo sé. Tal vez sea porque soy una persona que creo que va por derecho, que quiero mucho a Melilla, que procuro gestionar para todos los melillenses sin distinción y que estoy dispuesto a hacer todo lo que sea por la ciudad de Melilla y por España.
Quizás es que he sabido transmitir ese mensaje a una mayoría de los ciudadanos con mi forma de trabajar y con la gestión pública. Tengo la gran suerte de haber contado con el apoyo de los melillenses desde el año 2000 de manera ininterrumpida y ahora en 2023, el día 28 de mayo, fue ya de forma abrumadora con una mayoría absoluta casi con 15 diputados, que nos han faltado 30 votos por un lado y algo más de cien por otro, de manera que podríamos estar hablando ahora de 16 diputados. Esto a mí me ha llenado de gozo, de alegría y de una inmensa gratitud a los melillenses, que me siguen apoyando.
Este fenómeno se ha dado y se ha vuelto a dar en 2023 de forma masiva. Creo que soy un tipo sincero, que creo en lo que hago y que antepongo los intereses de mi ciudad ante cualquier otro interés.
-¿Qué mensaje lanza a los melillenses a poco menos de un mes de formar el nuevo Gobierno?
-Ha devenido una situación desastrosa, caótica, cuatro años que solo han servido para que aprendamos todos, nos han vacunado a todos de lo que no debe pasar nunca más en Melilla. Al PP y a mí el primero, también me ha vacunado. Me ha servido de lección de humildad también porque muchas veces uno puede flotar, se le va la cabeza y es bueno siempre poner los pies en el suelo, conectar mucho más con la gente, con sus problemas y tener una idea muy, muy, muy clara de lo que tenemos que hacer ahora.
Le pido a los ciudadanos que esta confianza que nos han dado se la vamos a devolver dándoles satisfacción con realidades y con hechos, cambiando la ciudad a muchísimo mejor. Tenemos a la vuelta de la esquina las elecciones generales el 23 de julio y les aseguro que si Feijóo gana (que va a ganar) va estar muy bien que Sánchez convocara dos meses después las elecciones porque vamos a arrancar los dos gobiernos al mismo momento y les aseguro que con la conjunción de los dos partidos aquí y en Madrid, y el interés que tiene Feijóo en Melilla, esto va a ir a mejor para todos. Nosotros vamos a dar la vuelta a la ciudad a muchísimo mejor en estos cuatro años.
Vamos a hacer un punto y aparte con todo lo que ha ocurrido. Aquí se han tomado cartas en el asunto como por ejemplo la Policía Nacional, que le agradezco muchísimo la actuación que ha tenido, y al poder judicial, pero aquí ya se van a acabar los estereotipos que estaban llevando a la ciudad a un enfrentamiento y a una ruina.
Esto ya de los ‘hermanos’ y los mensajes que uno por ser de la religión que sea tiene que seguir a pie juntillas no sé qué cosa, esto se ha acabado. Eso de comprar votos para cambiar la voluntad política de los melillenses y nuestro futuro, se ha terminado.
Son mensajes clarísimos, que tengo claros yo también, y los recibo así porque tenemos que hacer una Melilla distinta y en eso estamos, lo vamos a hacer y va a ser mucho mejor estar en Melilla, lo tengo clarísimo.
No hay cantos de sirena. Lo que hay es un grupito alrededor de Imbroda que ha alimentado el rencor hacia quienes piensan diferente. Algunos apoyos de Pablo Casado en Melilla fueron engañados y no se enteraron de la postura del PP Imbrodista. Al parecer, alguno no quiere pasar página y lo peor es que le ha salido bien el juego sucio. Cuatro años no son nada y el tiempo pasa para todos.