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El profesor Gerardo Aguado, de la UNAV, imparte desde ayer un taller profesional sobre el TEL
La ciudad acoge, desde ayer, unas jornadas de carácter profesional destinadas a médicos, psicólogos y especialmente logopedas, sobre el trastorno específico del lenguaje (TEL). El taller, aunque coordinado por el Colegio Oficial de Médicos de Melilla, está siendo impartido por el doctor Gerardo Aguado Alonso, profesor titular de la Universidad Navarra.
Las jornadas comenzaron ayer con un acto de inauguración el que estuvieron presentes el consejero de Educación, Juventud y Deportes, Antonio Miranda; y el director provincial de Educación, José Manuel Calzado. “Hay muchos niños con dificultades para comunicarse, pero no por ello hay que apartarlos de la sociedad”, señaló Calzado al referirse a la problemática central del taller ‘El trastorno específico del lenguaje: identificación, valoración e intervención’.
El TEL
En una comparecencia posterior ante los medios de comunicación, el doctor Gerardo Aguado habló del mal en cuestión. “El trastorno específico del lenguaje es la afección más frecuente en la escuela. Si nos dicen que hay un niño que tiene un problema del lenguaje, acertaremos casi siempre si decimos que es un TEL”, declaró el profesor de la UNAV.
Aguado, además, definió el TEL como “un trastorno invisible” que, en ocasiones, resulta muy difícil de detectar en el ámbito médico o escolar porque en general “a los niños no parece que les pasa nada”. En este sentido, el profesor estableció las notables diferencias de apreciación entre el trastorno exclusivo del lenguaje y aquellos que se derivan de otras afecciones con síntomas y anomalías más evidentes como el síndrome de Down o la sordomudez.
De igual manera, el profesor relacionó el TEL con el inicio tardío en el desarrollo del habla. Según Aguado, esto se da cuando a los dos años el niño es incapaz de formar enunciados de dos palabras, o bien se desenvuelve con un registro inferior al medio centenar de vocablos. “Si hay un niño con dos años que le pasa eso, es un niño con inicio tardío. De esos niños, hay un 40% que van a tener un trastorno persistente. El problema es que no sabemos cuál es”, aclaró.
La familia
El cuidado del TEL no corresponde exclusivamente a los profesionales de este campo. En este sentido, Gerardo Aguado destacó el papel de la familia. “Los padres tienen que ajustarse al trastorno de sus hijos para poder comunicarse con éxito con ellos”, señaló. Según el profesor, lo más común en estos casos es hablar al niño con un lenguaje simple, lo cual “tiene un efecto perverso, porque el niño tiene menos modelos correctos de lenguaje”.
“Si un niño pasa 84 horas de media despierto en una semana, dos sesiones de media hora con el logopeda son insuficientes. Tenemos que echar mano de los padres ineludiblemente”, sentenció.