Dentro de muy pocos días vamos a celebrar la Solemnidad de Corpus Christi. En nuestra Ciudad de Melilla tiene y estamos todos muy empeñados en que siga teniendo, una fuerza muy especial.
En los momentos actuales que vivimos esta fiesta abre horizontes para nuestras vidas y para la transformación del corazón de los hombres y mujeres de este momento histórico que vivimos.
Permitidme, junto con mis hermanos sacerdotes, haceros una propuesta, no solamente a los cristianos, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que poblamos esta hermosa Ciudad: Contemplad el misterio de la Eucaristía.
Nuestro mundo está roto y deseoso de salidas nuevas. Todos buscamos alternativas diferentes, pero nada de lo que se está ofreciendo da salidas y transforma los corazones.
Y lo necesario es, precisamente, un corazón como el de Jesucristo, preocupado por los otros, especialmente por los que más lo necesitan, un corazón que engendre obras de unidad y reconciliación entre los hombres, de ayuda mutua, de romper esos egoísmos que llevan siempre a decir: "Sálvese quien pueda".
El Señor nos ofrece otras maneras de construir nuestras relaciones vitales.
Por todo ello os animo a toda la cristiandad de Melilla: Parroquias y toda su vida pastoral, Niños y Niñas de Primera Comunión y sus familias, Cofradías y Hermandades, Congregaciones, Movimientos y Asociaciones,... a celebrar con gozo y alegría la Solemnidad del Corpus Christi y a dar testimonio público de nuestra fe en la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía "Centro y culmen de toda la vida cristiana"