La defensa del melillense anuncia que volverá a solicitarla la próxima vez, que tendrá lugar el próximo día 2 de junio. El Tribunal de Primera Instancia de Salé, junto a Rabat, denegó ayer la libertad provisional al melillense Ali Aarras, entregado en diciembre por España a las autoridades marroquíes por su supuesta vinculación con una red terrorista.
Aarras, de nacionalidad belga-marroquí pero nacido en Melilla, y el también melillense Mohamed el Bay fueron detenidos en la ciudad en abril de 2008 después de que Rabat emitiese un mes antes dos órdenes internacionales de detención por cargos relacionados con terrorismo.
“La libertad condicional le ha sido denegada, pero la solicitaremos la próxima vez”, sentenció el letrado marroquí Lahcen Dadsi, después de que ayer el tribunal decidiese que el juicio contra el preso, de 49 años de edad, se celebrará el próximo 2 de junio.
Dadsi apuntó que Aarras está acusado también de “pertenencia a una asociación de malhechores relacionada con el terrorismo islamista, asistencia a banda criminal y tráfico de armas”.
Los abogados de Aarras, marroquíes y belgas, explicaron que el pasado 14 de diciembre España lo extraditó a Marruecos, mientras que rechazó entregar a El Bay que, además de la ciudadanía marroquí, posee nacionalidad española, algo que consideran “discriminatorio”.
Según dijo Christophe Marchand, uno de los letrados belgas defensores del acusado, “España tiene una gran responsabilidad en el caso de Aarras por aprobar su extradición, y desde el punto de vista jurídico es una vergüenza que no se hayan tenido en cuenta las advertencias de la ONU”.
Derechos humanos
El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió a España que, mientras estudiaba el caso, paralizase la entrega en extradición a Marruecos acordada por el Consejo de Ministros.
Cinco meses después de su extradición a Marruecos, distintas asociaciones de derechos humanos denuncian que el preso ha sufrido maltrato psíquico y físico.
Los abogados aseguran que “el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha interpuesto dos denuncias contra España”.
“Se ha quedado sordo de un oído, no siente las manos ni los pies porque le han mantenido atado”, señaló Huria, su mujer, de origen belga, que estuvo presente ayer en la audiencia, junto con otros familiares, asociaciones internacionales defensoras de los derechos humanos y abogados belgas y marroquíes, según publicó Efe.
Huria declaró que su marido fue entregado a Marruecos “sin que se advirtiera a la familia ni a los abogados. Nos enteramos por la prensa dos días después”.
Su extradición a Marruecos se produjo poco antes de las Navidades pasadas, después de que una orden del Comité de Derechos Humanos de la ONU paralizara durante un mes su entrega al reino alauí, conforme al acuerdo adoptado en principio el 19 de noviembre de 2010 por el Consejo de Ministros.
La orden de la ONU, que solicitaba demorar su posible extradición hasta que su Comité de Derechos Humanos se pronunciara sobre el caso concreto de Alí Arras, no fue finalmente respetada, lo que promovió una Plataforma de Protesta en Bélgica y Melilla, que hasta el pasado Carnaval mantuvo en pie un campamento prodefensa de Ali Aarras en la Plaza de España.
Para la Plataforma que ayer estuvo presente en la petición de libertad condicional, es inadmisible que Marruecos “no haya podido presentar pruebas contundentes contra Ali Aarras y que pretenda juzgarlo por un delito distinto al que se invocó para su extradición a Marruecos”.
El vecino país solicitó su extradición bajo la acusación de que Aarras formaba parte desde 1982 del ‘Movimiento de los Muyaidines en el Magreb”. Asimismo, lo acusó de haber participado en los atentados de Casablanca del 16 de mayo de 2003 y de que utilizaba Melilla para introducir en Marruecos armas procedentes de Centroeuropa.
Aarras que desde hace años residía en Melilla, su ciudad natal, había sido investigado en España por el juez Garzón, quien decretó que no había pruebas que pudieran relacionarlo con organizaciones terroristas de ningún tipo.