La secretaria general de CCOO, Caridad Navarro, se reunió con Antonio María Claret para transmitirle la inquietud existente entre los trabajadores del centro.
La integridad física de los trabajadores del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla continúa siendo una de las principales preocupaciones de Comisiones Obreras. Una inquietud que en la jornada de ayer trasmitió la máxima dirigente del sindicato, Caridad Navarro, al nuevo delegado del Gobierno, Antonio María Claret, en una reunión que mantuvieron ambos.
En declaraciones realizadas a ‘El Faro’, la secretaria general de CCOO señaló que Claret se manutuvo dispuesto en todo momento a escuchar las recomendaciones de la formación sindical, pues “también está preocupado por la situación que se ha vivido en el CETI”.
De este modo, desde la Delegación del Gobierno se llegó al compromiso de que en fechas cercanas se reforzarán las medidas de seguridad del CETI. Una iniciativa que ya se puso en práctica la semana pasada a petición de CCOO, con un incremento de personal. No obstante, desde el sindicato ya se remarcó horas después de los incidentes del viernes que dicho aumento “se había mostrado inservible”.
Ante todo, Navarro quiso destacar que mantener el orden dentro del CETI es un tema sensible, y recordó que es una tarea complicada en base al incremento de la presión migratoria que se ha producido en los últimos meses y que ha provocado que el centro se encuentre al límite de su capacidad.
No obstante, apostó por endurecer el reglamento interno para controlar más a los residentes, no desde un punto de vista restrictivo, pero sí “para sancionar a aquellos que infrinjan las normas de convivencia del centro”.
De igual modo, recalcó que el personal de seguridad debería tener más capacidad de actuación. “Si hay un percance de gran magnitud y se hace necesario llamar a la Policía y a la Guardia Civil de poco sirven el resto de medidas”, agregó.
Sin embargo, la máxima preocupación de CCOO sigue siendo el bienestar de los empleados, ya que después de los altercados del viernes “muchos han vuelto con miedo al trabajo”.
Según relató el sindicato a ‘El Faro’ un día después de la reyerta, muchos de los integrantes de la plantilla se vieron obligados a encerrarse en la cocina del CETI para no ser agredidos por los inmigrantes, mientras estos intentaban entrar en la sala aporreando las puertas.
Escenas que al parecer han marcado a muchos de los trabajadores, que en los últimos días han acudido a su puesto “con el miedo en el cuerpo”.
Contenido de la reunión
Al hilo de sus palabras sobre la reunión mantenida con Claret, Navarro señaló que fue un encuentro “cordial” en el que trataron temas de la actualidad socioeconómica de Melilla, tales como el desempleo.
“Endurecer las normas empeorará la situación”
El máximo dirigente de Prodein, José Palazón, opinó en declaraciones realizadas a ‘El Faro’ que endurecer el régimen interno del CETI “sólo empeorará la situación”, pues señaló que gran parte de la tensión que se vive en el centro ha surgido a raíz de las restricciones que sufren los internos, las cuales llegan a tal punto que “prefieren pasar su día a día en la zona de chabolas”.
Ahondando en dicha cuestión, se mostró preocupado por los altos niveles de ocupación que presenta el centro, pues se encuentra al límite. “Ya incluso hay personas que se ven obligadas a dormir en la cocina por falta de dormitorios”, recalcó.
En cuanto a los tres jóvenes que fueron detenidos el sábado acusados de ser los presuntos cabecillas de la reyerta, apuntó que no sería la primera vez que un interno acaba en prisión por iniciar una pelea en el centro, aunque por el momento la situación de los afectados “es bastante incierta”.
Por último Palazón expresó su inquietud ante el previsible incremento de la presión migratoria que Melilla suele vivir cada verano.