Cerca de 7.000 personas, más que el año pasado, acudieron este 22 de abril al rezo multitudinario que cierra los 30 días de ayuno de Ramadán en Melilla. Lo más destacado de este año ha sido el cambio de emplazamiento. A diferencia de 2022, que se celebró en el campo de fútbol de La Legión, en esta ocasión se ha organizado en la explanada de San Lorenzo, que se llenó y se vació en un abrir y cerrar de ojos.
De hecho, el equipo de Protección Civil que estaba en la zona confirmó a El Faro que no habían tenido que intervenir porque no se había producido ninguna incidencia a lo largo de poco más de una hora de oración centrada en halagar la convivencia de todas las culturas en Melilla y en animar a los musulmanes a seguir por el buen camino y mejorar Ramadán tras Ramadán.
El rezo colectivo de este año superó todas las expectativas. Muchos temieron que el festivo del viernes llevara a la mayor parte de los musulmanes melillenses a marcharse de la ciudad. En la frontera se vieron el viernes largas colas a pie o en coche, pero las salidas masivas al país vecino no han empañado una celebración que este año se ha hecho en árabe y se ha traducido al chelja y al español.
En su oración, el profesor Abdelhamid Youyou hizo referencia a la alegría que llena los corazones de los musulmanes en el día 30 de Ramadán. En primer lugar por el fin del ayuno; por dejar atrás el sacrificio, pero también por la satisfacción de haber alcanzado la purificación en el día del encuentro con su señor. Porque el Ramadán, dijo, es un cambio profundo, sobre todo, interno, basado en el autocontrol.
Además, el profesor Abdelhamid Youyou aprovechó para destacar que el Islam es una religión de convivencia, acercamiento y conocimiento entre los pueblos. También hizo énfasis en la importancia del papel de la mujer en las ciencias, como transmisora de la religión y las costumbres, en la universidad, en la investigación y el conocimiento. La mujer, como fuente de sabiduría.
Ahora, tras el fin del Ramadán, el profesor Youyou llama a mantenerse firmes y recordar que la fe se desgasta como la vestimenta y que, por eso, hay que renovar el compromiso con ella porque ocurre que tras el ayuno, algunos vuelven a acodarse en el odio, la avaricia o el rencor y en esos casos, de qué sirve hacer el Ramadán, se preguntó.
"Las mejores acciones, son las más continuadas", sentenció en alusión a que éstas cambian el estado de la comunidad y también de la humanidad.