El paso de misterio de Nuestro Padre Jesús Humillado será el gran protagonista del Martes Santo, como es tradicional en la Semana Santa melillense. El trono saldrá de la parroquia castrense de la Inmaculada Concepción a las ocho y media de la tarde, donde será esperando por decenas de personas que lo acompañarán durante su estación de penitencia.
Una de las principales características de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Humillado y María Santísima de la Piedad es que cada año convoca a un acto de desagravio a Jesucristo. Se trata de una disertación en la que se pide perdón por los sufrimiento infringidos a Cristo y que este año realizará María Piedad (Maripi) Castellanos, una mujer de profundas raíces cristianas, vinculada desde hace muchos años a la Semana Santa y que desempeñó el cargo de hermana mayor de la Congregación de la Victoria hasta hace poco tiempo.
El último proclamador del desagravio fue el padre Miguel Carlos Vivancos y antes de él participaron personas estrechamente ligadas a la Semana Santa local como Carlos Rubiales, que fue el primero en hacerlo en 1999, Ramón de la Cruz, José Luis Blasco, Carlos Castañeda y el actual diputado por Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu.
Una vez leído el desagravio, el trono encarará la calle Duque de Almodóvar para llegar a la Plaza de España y entrar en la carrera oficial a las 21.15 horas. Treinta minutos después la procesión llegará a la tribuna, donde el vicario episcopal, Eduardo Resa, realizará su oración antes de que la comitiva tome la Avenida de Castelar para regresar al templo por López Moreno, Plaza Menéndez Pelayo, Ejército Español y de nuevo la Plaza de España en dirección a Yamin Benarroch.
La imagen de Nuestro Padre Jesús Humillado representa el momento en que Cristo es atado de manos por los soldados romanos que lo custodian. Le clavan una corona de espina en la cabeza, le colocan una capa púrpura y ponen entre sus brazos una caña para ridiculizarlo ante el pueblo, que pide que suelten a Barrabás.
La talla, que en el trono aparece sentada, fue elaborada por José María Jiménez y Diego Fernández en 1999, lo que la convierte en la más moderna de cuantas procesionan en Melilla. Su bendición se produjo en marzo de ese mismo año por parte del cardenal y entonces arzobispo general castrense monseñor José Manuel Estepa. El acto tuvo lugar en la propia iglesia Castrense, donde el desaparecido director del Orfeón Melillense Padre Victoria, Mariano Salgado, dirigió los cantos de la solemne misa que se celebró con tal motivo.
Hace apenas un año, la imagen fue profundamente restaurada por la joven artista Bárbara Botello, que precisamente este 2023 fue la presentadora del cartel anunciador de las estaciones de penitencia de la cofradía en la Semana Santa. Botello también ha restaurado la talla del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas, que fue bendecida en febrero de 2020.
Este martes será la primera vez que Nuestro Padre Jesús Humillado salga a las calles melillenses después de la pandemia. En 2022 se quedó en su templo por la lluvia que caía y que recomendó no sacar la talla. Nunca antes había sucedido un incidente de estas características.