El presidente del PP andaluz señaló que hay que trasladar el éxito del Partido Popular en Melilla al resto de España para que los ciudadanos “recuperen las confianza en la política y en el futuro del país”.
E Partido Popular encendió ayer los motores de la próxima campaña electoral con un denso mitin, que se inició media hora después de lo previsto y que se prolongó hasta las diez y cuarto de la noche, entre vivas, vítores y abiertas manifestaciones de apoyo al candidato popular de Melilla para el 22-M, Juan José Imbroda, y el candidato del PP para la Junta de Andalucía, Javier Arenas.
No fue Arenas, sin embargo, quien se convirtió en el plato fuerte del acto. Clausurado por Imbroda, los distintos discursos tuvieron, sin embargo, un eje común: la necesidad de trasladar el éxito de PP en Melilla al resto de España, “para que los españoles recuperen la confianza en la política”. Así lo expresó un entusiasta Javier Arenas, que aprovechando la confusión de la senadora y secretaria de Organización del PP local, María del Carmen Dueñas, al presentar a su relevo en el escenario, dijo que ni le “importaría nada” ser Imbroda, sino al contrario le “llenaría de alegría serlo y ser además presidente de Melilla”.
Arenas resolvió así el inesperado cambio en el turno de intervinientes, que en principio le colocaba a él como colofón del acto, hasta que, como él mismo desveló, declinó su turno a favor de Imbroda, “porque allí donde voy quien cierra el acto es el más importante y, aquí –subrayó-, el más importante para Melilla y la persona clave sobre todo para el futuro de esta ciudad, es Juan José Imbroda”.
El presidente del PP andaluz recordó que su “compromiso con Melilla” se remonta a hace ya 30 años, a lo largo de los cuales ha venido muchas veces. El suyo, comentó, “es un compromiso político y personal” con una ciudad que cada vez que pisa hace “que le duela España” pero también que sea “cuando más” disfruta de España. Y es que en nuestra tierra, dijo Arenas, “uno se siente más español si cabe”.
Con su gracejo andaluz no dejó de hacer chistes para amenizar su hilvanada intervención, pero siempre con el apoyo a Imbroda como idea vertebral de su oratoria y el compromiso de conseguir para Melilla “tres retos de futuro”: Uno, la homologación de nuestra ciudad y Ceuta en el marco europeo con el ventajoso estatus que la UE otorga a sus regiones ultraperiféricas; dos, la ampliación del puerto como alternativa económica para Melilla; y, tres, las políticas de promoción del empleo juvenil como una auténtica “obsesión” para luchar contra el alto índice de desempleo entre los jóvenes melillenses que, señaló, también se sufre en porcentajes similares en Andalucía.
“Imbroda –prosiguió- es para mí un amigo, pero sobre todo un buen gobernante, que ha sabido gobernar en época de bonanza pero también en época de crisis, a diferencia del marqués del talante –como llamó a Zapatero- al que dejamos una buena herencia, con las arcas del Estado bien llenas, pero que la ha dilapidado, gastando sin parar y sin ser capaz de hacer ni una sola de las reformas que demanda este país”.
“Un andaluz y un español sin complejos”
Arenas se definió ayer como un “andaluz y un español sin complejos que se une a los melillenses sin complejos y orgullosos de ser españoles y patriotas”. En ese contexto, alabó el mosaico multicultural que caracterizó el salón principal de PEC, la llamada Sala 400 en atención a su aforo, que ayer se llenó a rebosar, con numerosos seguidores del PP en los pasillos y demás resquicios del espacio elegido para el mitin.
Y es que para Arenas, venir a Melilla “es venir a casa”, de ahí que se comprometiera a que su primer viaje fuera de Andalucía, si logra llegar a la Presidencia de la Junta de Andalucía, sea precisamente nuestra tierra, a la que una vez más prometió también una aplicación veraz de los acuerdos de cooperación previstos por el Estatuto andaluz para fomentar convenios diversos con nuestra ciudad y Ceuta.