Con ella conseguirá la capacidad de gestionar los proyectos sobre aguas y tratarlos directamente con el Ministerio de Medio Ambiente sin la CHG de intermediaria.
En cuestión de seis meses Melilla contará con su propia Demarcación Hidrográfica. Un organismo que hará a la ciudad independiente en materia de aguas, sin la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir como intermediaria con el Ministerio de Medio Ambiente. Este proyecto fue presentado ayer por los principales responsables del área de la Ciudad Autónoma junto con el presidente Juan José Imbroda quien resaltó la importancia de este asunto ya que permitirá que Melilla pueda controlar y planificar una política de aguas que hasta ahora dependía de la CHG.
De hecho, destacó que los últimos proyectos destinados a Melilla fueron “un fiasco” con la salvedad de la renovación de la red de saneamiento, pero que en materia de encauzamiento de ríos y la planta desalinizadora “se han quedado sin terminar”.
Además, detalló que el Plan de Aguas aprobado en 2004 estimaba una inversión en la ciudad de más de 90 millones de euros y, desde entonces, únicamente se han ejecutado 15 millones. Por ello, Imbroda no dudó en respaldar la constitución de la Demarcación Hidrográfica a pesar de que, ahora queda por delante “un proceso administrativo y técnico complejo”.
Según informó por su parte el consejero de Medio Ambiente, Ramón Gavilán, en los próximos seis meses se contactará con entidades públicas y privadas de Melilla, asociaciones, representantes vecinales y organizaciones ecologistas para informarles de los pormenores de este proyecto para que a lo largo de este tiempo expongan sus ideas, modificaciones y propuestas.
De hecho, ya se ha establecido un calendario de contactos, conferencias y mesas redondas para tratar este asunto que requiere del consenso de la sociedad melillense. Una vez constituido y más a largo plazo, con la Demarcación Hidrográfica de Melilla, la ciudad podrán confeccionar su propio Plan Hidrológico atendiendo a las necesidades específicas melillenses.
Qué es y sus objetivos
El origen de esta Demarcación, que se establece para toda España en el Real Decreto 125/2007, responde a la Directiva Marco del Agua (DMA) que abre un proceso de planificación hidrológica en toda la Unión Europea.
Su objetivo es prevenir el deterioro y mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos y, por otro lado, promover el uso sostenible del agua. En este sentido, se hace especial hincapié en la sostenibilidad económica y medioambiental. Se trata de un proceso cíclico de largo plazo cuyo primer ciclo termina en el año 2015, que es el primer plazo para la consecución de los objetivos medioambientales fijados en la DMA.
Así, para gestionar y controlar el proceso y definir las fórmulas de la participación pública se ha elaborado el Estudio General sobre la Demarcación, con la colaboración estrecha de un ingeniero de Caminos, especialista en este asunto, según destacó Gavilán, Carlos Fernández.
Éste explicó que, desde el punto de vista administrativo, la Demarcación de Melilla tiene competencias sobre las aguas superficiales continentales y los acuíferos y las principales funciones que realizará son la regulación de los recursos hídricos, la administración del dominio público hidráulico, la planificación de cuenca y la construcción y mantenimiento de infraestructuras hidráulicas.
Fernández destacó que los recursos hídricos de la ciudad habían descargado considerablemente la utilización de los acuíferos y manantiales gracias a la planta desaladora que, hoy día, supone un 45 por ciento de los recursos, seguido del pantano de las Adelfas con un 12 por ciento al igual que el acuífero volcánico; el subalveo del río de Oro (10%); recursos de reutilización (9%); los acuíferos calizos y aluviales con un cinco por ciento cada uno y los manantiales de Marruecos que únicamente suponen un dos por ciento del total.
Además, el estudio recoge el impacto de la actividad humana en las masas de agua bajo la jurisdicción de la Demarcación melillense así como un análisis económico del uso del agua.