La presidenta sindical del área, Mª Carmen Sánchez Rando, reclama una ubicación “digna” para los celadores del Comarcal.
Tras las reivindicaciones realizadas el pasado lunes por Comisiones Obreras sobre la masificación en las instalaciones sanitarias melillenses, la presidenta del sector del sindicato CSI–F, Mª Carmen Sánchez-Rando, no pudo más que calificarlas ayer de “oportunistas”, ya que “desde hace años lo venimos denunciando desde este sindicato dando la cara ante los medios de comunicación”, afirmó en declaraciones a ‘El Faro’. Añadió, además, que “curiosamente” CCOO “sale públicamente a cuatro días de la campaña electoral mientras hemos sido nosotros los que hemos salido en prensa cuando el resto se escondía”.
No obstante, ratificó las denuncias realizadas por el dirigente sindical, Carlos Antón, en cuanto a la masificación de los servicios sanitarios ante el incremento poblacional así como la sobrecarga de trabajo que tienen los profesionales sanitarios, puesto que “no sólo no es que se contrate plantilla, es que no se sustituyen las bajas que se producen. Ahí está la falta de personal; la cosa no se está moviendo y sobrecarga el trabajo de los que sí están”.
Por otra parte, desde CSI–F quisieron denunciar el “gasto innecesario” que el Ingesa realizará en Melilla en cuanto al caso de las recetas que hace unas semanas denunciaban. En este sentido, Sánchez–Rando afirmó quea partir de ahora los auxiliares administrativos repartirán las recetas a los enfermos crónicos en sobres y que el coste de esta gestión rondará los 36.000 euros. Algo que dijo no comprender, ya que recientemente Sanidad anunció que se pondrán en marcha las recetas electrónicas en unos seis o siete meses.
Para los celadores
Por ello, la dirigente sindical afirmó que este presupuesto se podría designar a la adecuación de un espacio determinado para los celadores del hospital Comarcal que, hasta ahora, “se preparan el café en el baño”. Así, propuso que la sala de triage del servicio de Urgencias podría ser un lugar idóneo para este personal con la simple ubicación de una ventana para favorecer la ventilación del lugar. Un coste mucho más asequible para la gerencia del hospital y para el Ingesa que dista mucho de los 36.000 euros que costarán los sobres de las recetas.