El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Melilla, José Luis Suárez, prepara ya la celebración del 21º aniversario de la entidad con la asignatura pendiente de implicar a la juventud.
José Luis Suárez es presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la ciudad (Feaveme) desde el año 97 y dos años antes comenzó su andadura en el movimiento vecinal como presidente de la entidad ‘Pedro de Estopiñán’, cargo que ostenta hoy día. Su fama le precede a tenor de la incansable labor que ha desarrollado al frente de la Feaveme y hoy día mantiene la ilusión, gracias también “porque tengo mucha gente alrededor que siempre ofrecen cosas nuevas”.
Este año la federación celebra su vigésimo primer aniversario, pero con una asignatura pendiente, que la juventud se implique en el movimiento asociativo vecinal por aquello de “renovar la sangre” y lograr un mayor desarrollo de los barrios a través de sus jóvenes. Suárez comenta en estas páginas éste y otros aspectos de la vida vecinal en Melilla.
–Más de 30 años de movimiento vecinal en Melilla dan para mucho, ¿cuál es el giro más importante que han dado las asociaciones de vecinos en la ciudad?
–Lo más importante es que las asociaciones han dejado de ser únicamente un lugar de reunión y ocio y han incorporado un pilar nuevo que es el de la formación. Gracias a la Ciudad Autónoma las asociaciones están poniendo en marcha muchos cursos que antes no se hacían desde la alfabetización, clases de informática, manualidades, corte y confección entre otros. De hecho, Mujeres Vecinales está haciendo una labor importantísima en este aspecto y tiene a más de 300 mujeres que van todos los días a aprender informática cuando hace dos años han aprendido a leer y escribir, algo que de otra forma no hubiera sido posible. En otras asociaciones esto no pasa y por eso no se le puede dar lo mismo a unas y a otras.
–¿Cuál es la esencia entonces de las entidades vecinales?
- Yo siempre digo que hay tres pilares fundamentales. La preocupación por los problemas del barrio e intentar darles una solución; también son lugares de ocio y entretenimiento para los vecinos del barrio y uno de los aspectos más novedosos que es el que he comentado de la formación. La Ciudad Autónoma subvenciona estos proyectos y es gracias a esta ayuda por la que se ha potenciado esta línea.
–La buena relación con el Gobierno local favorece este tipo de iniciativas y otras que las asociaciones vecinales quieran llevar a cabo.
-Evidentemente este apoyo facilita el hacer muchas cosas que en otras regiones las asociaciones de vecinos se llevan las manos a la cabeza porque para ellos es más complicado recibir una ayuda del ayuntamiento para llevar a cabo un proyecto. En todo caso, las asociaciones de vecinos no están compradas, tienen que presentar sus proyectos, sus memorias de actividades y programas de actuaciones así como presupuesto y luego detallar en qué se ha gastado la ayuda de la Ciudad. Esto no ocurría antes, que se daba dinero a las asociaciones, en concreto, 300.000 pesetas, sin importar lo que hicieran porque nadie nadie pedía justificación. Era un pitorreo porque había más de 60 asociaciones.
–¿Cómo está conformado el tejido asociativo en Melilla hoy día?
- Melilla tiene una idiosincrasia especial porque cualquier descontento con una asociación da pie a la creación de otra y por eso hoy día tenemos más de una treintena de entidades. En otras ciudades hay menos asociaciones, de hecho, en Madrid hay una asociación en un barrio de 110.000 personas y claro tiene cerca de 10.000 socios. Su supervivencia no es como en esta ciudad, vive de las aportaciones de los asociados y poco más. En Melilla tenemos la ayuda y apoyo de la Ciudad Autónoma.
–¿Goza de buena salud todas las asociaciones?
-El movimiento vecinal en Melilla tiene 34 años. La más antigua de todas es Unidad, que tiene su sede en El Real, pero prácticamente existe sobre el papel porque su local está en ruinas. Está prácticamente desaparecida y sin actividades por la situación de las instalaciones.
–Y en este tipo de casos, ¿cómo actúa la federación ante las necesidades de las asociaciones?
-En relación a las peticiones y demandas que pueda tener una asociación, la Feaveme más que coordinar interviene en casos necesarios para hacer una mayor fuerza cuando la entidad por sí sola no tiene acceso a la Ciudad. La unión hace la fuerza y, en ese sentido, siempre están predispuestos a atender todas las necesidades. Yo nunca he tenido ningún problema para reunirme con Antonio Miranda, porque es de su Consejería de la que dependemos, o con Carmina San Martín. No obstante, las directivas vecinales son las que mejor conocen las necesidades específicas de cada barrio.
–La pasada semana el presidente de la Ciudad se reunió con los representantes vecinales y les pidió que le remitieran por escrito esas necesidades específicas que puedan tener las diferentes barriadas, ¿la Feaveme canaliza de alguna forma estas peticiones?
–La Federación está abierta a ello pero algunas asociaciones entienden que pueden realizar estas funciones por sí mismas y a día de hoy no he recibido nada al respecto.
–¿Cómo es la relación entre las asociaciones y la Feaveme?
–En general las relaciones son buenas. En las penúltimas elecciones hubo un intento de crear un cisma por parte de tres entidades, pero que no tuvo éxito. Entonces hoy día la relación con estas asociaciones es casi inexistente, pero bueno, la Feaveme cuenta con 25 asociaciones y es lógico que algunas disientan de la línea general.
–Tras 16 años al frente de la Feaveme, ¿cuál es el mayor reto o la mayor ilusión que guarda?
–Efectivamente son muchos años ya en la Feaveme de manera ininterrumpida y ya estoy para jubilarme aunque sigo trabajando en activo. Esto a veces hace que falte iniciativa y pienses que todo es repetitivo y que ya no se ocurren ideas novedosas, pero estoy rodeado de gente que echa un cable. El mayor problema de algunas asociaciones de vecinos es que se han convertido en centros de mayores y así cuesta atraer a la juventud. En este sentido, Mujeres Vecinales ha conseguido tener en la asociación a más de 100 niños y es digno de alabar porque a la juventud es muy difícil atraerla. En ‘Pedro de Estopiñán’ lo intentamos comprando una mesa de pinpón pero no ha tenido mucho éxito. Los jóvenes ahora están más interesados en los videojuegos y quizá esa sea una forma de atraerlos, organizando competiciones de videojuegos aprovechando ahora que todas las asociaciones de vecinos tienen aulas de informática con cinco o seis ordenadores.
21ª aniversario de Feaveme
una agenda apretada. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Melilla celebra este año su vigésimo primer aniversario de su creación. Su presidente, José Luis Suárez, tiene la intención de organizar una gran cena con todas las asociaciones integrantes de la Feaveme en las próximas semanas. Lo único que falta es concretar una fecha en la que los consejeros Antonio Miranda y Carmina San Martín puedan asistir, así como del presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, “que tiene lógicamente una agenta muy complicada. Pero queremos que venga porque siempre asiste a este tipo de eventos, nunca nos ha fallado”, comentó Suárez.
El contacto del mandatario autonómico con los responsables de las asociaciones vecinales goza de buena salud a tenor de la reunión que se celebró la pasada semana en la que Imbroda expresó su preocupación constante por los problemas de los barrios. Una relación que es recíproca pues Suárez destacó que la relación con la Consejería de Colectivos Sociales es “muy buena” y mantienen periódicamente reuniones con el Consejo Asesor Vecinal para, precisamente, tener un contacto directo con los problemas que puedan presentar las diferentes barriadas para que así el área de la Ciudad que sea competente pueda ponerle solución.