La consejera de Bienestar Social y Sanidad, María Antonia Garbín, y el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y el vicepresidente, Miguel Marín, recibieron ayer a tres trabajadoras del Centro Asistencial que acaban de jubilarse. Estas tres mujeres, Antonia López García, Ana Santos Priego y María Jesús Ramírez Méndez, recibieron no sólo los elogios de las autoridades sino un detalle por su trayectoria profesional y un gran ramo de flores.
“Ha sido una gran alegría y una gran sorpresa porque no me esperaba esto”, confesó Ana Santos a la salida de este emotivo acto al que acudieron estas tres trabajadoras con sus familias.
Asimismo, indicó que estuvo trabajando 42 años aunque sólo ha cotizado 32 porque el régimen de la guardería en la que desempeñó su labor no estaba definido y sólo recibieron una gratificación. Además, indicó que fue un encanto trabajar con los niños porque ha sido su vocación.
“Me da mucha pena dejarlo y me creo que estoy de vacaciones, ya que no me hago a la cuenta que 42 años son toda una vida y además que he sido muy feliz con ellos y ellos me han dado muchas cosas a mí”, remarcó Santos.
“Es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida”, comentó López, confesando que ha habido ratos malos y buenos en el trabajo pero que fueron más los segundos. En su caso, ha trabajado con ancianos y con niños en varias instituciones por más de 20 años. También destacó que ha sido muy feliz y la buena relación que han llevado con las monjas y con el gerente.
Por último, Ramírez declaró que ahora comenzaba su vida cotidiana para poder descansar y estar tranquilas. Ella ha estado 27 años de servicios en los que ha vivido buenos y malos momentos. De todo su trabajo destacó el cariño recibido por los niños, ya que antes eran como las madres de estos menores, una situación que ha cambiado con la introducción de las educadoras sociales. Además, comentó que más de uno de estos niños se acercó al centro para visitarlas años más tarde.