El líder de los upedistas locales, Emilio Guerra, afirma que ”es un atentado contra la inteligencia” el rechazo de concederle una placa al igual que a Amelia Tortosa.
El coordinador y candidato a la presidencia de la Ciudad Autónoma de Melilla por Unión, Progreso y Democracia, Emilio Guerra, en nota de prensa, calificó ayer de “muy triste y mezquino” el rechazo por parte de la comisión de Cultura, Deporte y Juventud que preside la consejera de Cultura Simi Chocrón, de la concesión a los melillenses Juan Garbín y Amelia Tortosa de sendas placas al Mérito Social.
Desde el Consejo Territorial de UPyD, quisieron hacer pública su enérgica protesta ante lo que consideraron una actitud “sectaria y claramente persecutoria” para con unos personajes, “más que merecedores de la citada recompensa”, una distinción que el Ejecutivo melillenses en los últimos tiempos está “manchando y devaluando hasta extremos, que mejor sería dejarlas de entregar, para no herir la sensibilidad y prestigio de los galardonados”.
Guerra comentó que la “vergonzosa politización” de la que está haciendo uso el PP en la Ciudad, “no tiene parangón, ni en las repúblicas más bananeras del planeta”. Según el upedista, no hay mejor estímulo para quien recibe esa placa, “que el consenso generalizado de todas las propuestas”, pero está claro, abundó “que si te atreves a criticar el régimen totalitario y feudal de Imbroda, no estarás nunca en la lista de sus beneficiarios”.
Hombre comprometido
Para el dirigente de UPyD, “es una atrocidad y un atentado contra la inteligencia, rechazar y desmerecer” a Juan Garbín desde las filas del Partido Popular de Melilla. Guerra comentó que el escritor y poeta, al margen de su excelente y dilatada obra literaria “es un hombre comprometido con Melilla, honrado, y con un elevado sentido de la justicia”. En cuanto a la otra candidata rechazada, Amelia Tortosa, desde UPyD dijeron que “otros, por menos, tienen una calle” y Tortosa, finalizó Guerra, “acumula tantos y tantos años de excelencia profesional, que a mí, se me caería la cara de vergüenza de ponerlo en duda”.