El ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, anunció este martes en Rabat el aplazamiento de la Reunión de Alto Nivel hispano-marroquí que iba a celebrarse en noviembre próximo en Rabat.
En el marco de la firma de un Memorando de Entendimiento sobre el Establecimiento de una Asociación Verde con la Unión Europea, Bourita anunció el aplazamiento a enero de un encuentro que no paró de halagar porque, en su opinión, constituirá "un momento importante" en la nueva etapa de las relaciones con España.
No sabemos si esto lo dijo con sorna o con sinceridad, pero el caso es que se aplaza nuevamente una Reunión de Alto Nivel (RAN) que no se celebra desde 2015 porque para Marruecos nunca es buen momento.
Cabe preguntarse por tanto, ¿por qué si este encuentro será un momento importante para las relaciones bilaterales, Rabat le da largas continuamente?
Obviamente el aplazamiento de la RAN hispano-marroquí deja en mal lugar al ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, que no hace ni siquiera un mes anunció en Nueva York que el encuentro se produciría en noviembre.
Desde Marruecos alargan la cita para evitar una foto que el rey Mohamed VI no quiere. Nadie quiere una foto con un Gobierno relacionado con los comunistas de Podemos que además son abiertamente pro-saharauis.
Es evidente que no se puede realizar una Reunión de Alto Nivel en noviembre y fingir que no existe el agravio de la carta que Marruecos envió a la ONU llamando "presidio ocupado" a Melilla y negando la existencia de fronteras terrestres con España.
Todo apunta a que la filtración de la carta en España salió de Marruecos y que ha utilizado esta situación incómoda para Pedro Sánchez para aplazar una cita que no tiene ganas de celebrar.
Si se ha aplazado la RAN, debemos plantearnos que también pueda aplazarse la reapertura de la aduana. Si eso ocurre, la única perdedora es la economía de Melilla, sobre todo, ahora que sabemos que el Plan Estratégico del Gobierno central cree que la mejora de las relaciones bilaterales con Marruecos constituye una oportunidad de desarrollo para nuestra ciudad.
En medio del clima de tensión entre los dos países, los melillenses podemos quejarnos de no tener sobre la mesa la cifra exacta de inversiones reales que acompañan al Plan Estratégico, pero agradecemos el gesto del Gobierno, que en el momento en que se pone en duda la españolidad de Melilla, da la cara con un ambicioso plan de inversiones.
Sólo nos falta que los Reyes de España hagan una visita oficial a nuestra ciudad. Nos la deben. Ese es quizás el espaldarazo que más necesitamos en estos momentos para, independientemente de lo mal que pueda sentar en Marruecos, enviar el mensaje definitivo de tranquilidad que esperan los melillenses.
Clarísimo. Se atrasa para podernos sacarnos mas dinero a través de nuestro Sánchez quien no tendrá inconveniente en darle todo lo que pida. Es el mejor del mundo regalando lo que no es suyo.
Y no lo hace por Melilla, lo hace para tener a Marruecos contento no vaya a ser que cuenten lo que posiblemente le pillaron con Pegasus en su móvil.
Las colas del hambre al doble que el año pasado. Los bancos de alimentos vacíos porque las personas ya no pueden hacer la función del Estado llenando sus estanterías. Y nuestros dineros, lastrados ya de una deuda pública insoportable, van para Mohamed a beneficio del futuro personal de mi presidente y su ministra Trujillo. Apañados estamos los de Melilla ante Mohamed con nuestro presidente. Apañados