El discurso de CpM en su asamblea del pasado sábado no resultó novedoso respecto de lo que viene diciendo este partido y sus socios del PSOE en los últimos meses.
A modo de contraataque una vez conocido el procedimiento judicial abierto contra 27 imputados iniciales en un presunto delito electoral continuado en las Generales de 2008, que en los casos de Dionisio Muñoz, Mustafa Aberchán y Amín Azmani se amplia a otros tipos de presuntos delitos electorales y a un presunto delito de falsedad documental.
No obstante, resulta peligroso y dañino para los avances que ha logrado Melilla en materia de convivencia y aproximación entre sus distintas comunidades, que CpM quiera revivir ahora el escenario ya superado del año 85 o que lance afirmaciones del tipo “los musulmanes de Melilla somos sospechosos hasta para ir al baño”.
CpM y el PSOE pretenden hacer de su “victimismo” ante las imputaciones judiciales un arma de autodefensa pero también un ariete contra el PP que no dudan en convertir en todo un ataque frontal a la convivencia en Melilla, a pesar de los graves riesgos que ello pueda conllevar.