Los melillenses no estuvieron a un buen nivel en el primer tiempo. Tras el paso por vestuarios, los realistas mejoraron su actitud y acortaron distancias.
Motril CF y Casino del Real CF disputaron en la tarde de ayer un partido que estuvo marcado por las numerosas e importantes ausencias en ambos bandos.
Los de Miguel Novo necesitaban un triunfo para romper la racha negativa de siete jornadas consecutivas sin ganar. De igual modo, los motrileños ansiaban ofrecer una victoria a su afición que se les resistía desde el pasado 9 de octubre, fecha en que vencieron al Vélez CF.
El conjunto que preside Nicolás Mingorance llevaba ocho encuentros seguidos sin sumar los tres puntos en su feudo por lo que veían en el conjunto melillense el rival idóneo para darse un festín.
Cosa que no ocurrió a pesar de que los granadinos disponían de un cómodo 2-0 en el marcador cuando tan sólo se llevaban disputados 25 minutos.
Los de Felipe Sánchez, que realizaron una pésima primera mitad, fueron capaces de acortar distancias en la segunda parte y de haber actuado con más ambición otro gallo hubiera cantado.
El partido comenzó con los locales dominando por completo la situación ante un equipo que mostró grandes lagunas y muy frágil en el aspecto defensivo. Las segundas jugadas favorecían siempre a los de Novo que aprovecharon para adelantarse pronto en el marcador.
Así en el minuto 13 de juego, Manrique se hizo con un balón en el centro del campo y enganchó un zapatazo que se coló como un obús en el marco defendido por Kameni, era el 1-0 y los pocos aficionados que asistieron al choque se disponían a pasar una tarde tranquila y sin sufrimiento.
El Motril seguía insistiendo ante la escasa oposición que ofrecían los visitantes. Así, poco después, en el 25 una internada por banda derecha acabó con centro al área para que Valentín colocase el 2-0 en el electrónico.
El tanto cayó como un jarro de agua fría en los realistas que veían lo que se les podía venir encima.
Afortunadamente esto no ocurrió ya que el cuadro anfitrión no se prodigó en el disparo. De hecho, de los únicos tres disparo que efectuaron a puerta, dos acabaron con el premio del gol.
Moya Baena dio por concluido el primer acto con ventaja de los de Novo en el marcador.
A la vuelta de vestuarios, el panorama cambió por completo.
Los melillenses juntaron las líneas y mostraron una actitud más competitiva. Tal cambio hizo que los de Felipe Sánchez dispusieran de mayor posesión de balón aunque sin eficacia de cara a la meta defendida por Baca.
Aún así, y en uno de los escasos acercamientos al área motrileña, Kike cortó con la mano la trayectoria del cuero y el colegiado no dudó en señalar el correspondiente penalti y la consiguiente amonestación al jugador. Manolo cogió la pelota y con seguridad la envió al fondo de la portería defendida por un Baca que se lanzó al lado contrario.
Ocurrió en el minuto 78 y con tiempo por delante los visitantes intentaron, aunque sin acierto, buscar la igualada pero ya era demasiado tarde y el Motril durmió el partido que ya no volvería a sufrir variación alguna en el marcador.
Las ausencias pesaron demasiado en un equipo como el Casino que deberá afrontar otro complicado choque el próximo sábado en La Espiguera ante el Alhaurín de la Torre, actual segundo clasificado del Grupo y serio aspirante al ascenso.