Bordillos destrozados, arquetas desencajadas y mucha suciedad. Así se encuentran las inmediaciones de la urbanización 'Jardines de la duquesa'. Los ruidos y las peleas son constantes en la zona. Propietarios de estas viviendas explicaron a El Faro las situaciones con las que tienen que convivir.
Una de sus vecinas, Montse Bosch, denunció en un email enviado recientemente a la redacción de este diario, el ruido y el mal estado de la zona con el que tienen que convivir. El Faro se ha trasladado hasta el lugar para comprobar cómo se encuentra.
Los propietarios de estos bloques, situados tras el antiguo edificio de Cruz Roja, están desesperados "con el abandono de la ciudad". Así lo reflejó Montse Bosch, portavoz de la comunidad, en una carta remitida a El Faro.
"Llevamos tiempo sufriendo el abandono de la ciudad, sobre todo, del servicio de limpieza. Tenemos la calle Querol llena de suciedad, sin nombrar el abandono del parque de la Cruz Roja", se quejó Bosch.
Y así está la zona. El Faro pudo comprobar que los bancos tienen piezas sueltas, que suponen un peligro para quien se sienta, hay baldosas del sueldo reventadas, pintadas en las paredes de entrada a los garajes, bordillos de los jardines destrozados, papeleras con mucha suciedad alrededor, cables sueltos o arquetas desencajas, entre muchos más desperfectos.
Todo ello supone un peligro para las personas que viven en la zona. Los metales de los bancos están a la vista y oxidados, a la par que las máquinas instaladas para hacer deporte.
Además, a la suciedad se le une otro inconveniente que agrava el problema. Según explicó la portavoz de la comunidad, los alumnos del instituto Leopoldo Queipo se acumulan en sus instalaciones.
"Nos prometieron que sería temporal la salida y entrada por la puerta de emergencias, por el covid, y a día de hoy seguimos padeciendo la multitud de gente que se aglomera en los garajes pertenecientes a dicha comunidad", dijo Bosch.
Precisamente este lunes por la mañana, El Faro fue testigo de que muchos jóvenes se reunían en el parque contiguo a la urbanización. En horario escolar, algunos adolescentes se reunían dentro de los cacharritos del parque.
Esta no es la única vecina que ya no puede más con la situación. Enrique también vive en 'Jardines de la Duquesa' y comentó a El Faro, que lo peor de todo es el ruido. "Se juntan todos los críos a jugar al fútbol y se piensan que es un campo de fútbol", dijo.
No sería tan problemático si la cosa se quedara ahí, pero Enrique aseguró que debido a estos juegos, a uno de los vecinos le han roto las persianas de su casa. Este damnificado, además, tienen un bebe de solo de diez días y el problema le afecta mucho más. "No hacen caso, a ellos les da lo mismo", añadió.
Enrique aseguró que los servicios de limpieza se pasan por la zona y hacen su trabajo, pero que no pueden acabar con la suciedad constante. Para él, el mal comportamiento de las personas es el motivo principal.
Comportamientos incívicos que ocurren todas las noches, tal y como contó Enrique a El Faro. "Se oyen peleas y escándalo, la gente gritando y chillando". Este vecino ahora mismo no recomendaría a nadie mudarse allí.
Según Enrique, cerca de su vivienda se mueve la droga. La explicación que tiene este melillense para los bordillos rotos, es que hay quien mete la droga entre las baldosas para ocultarla.
Por ahora, este vecino no ve una solución a corto plazo aunque propone medidas de vigilancia. Para él, sería estupendo que se paseasen agentes vestidos de paisano por las calles cercanas. "Si no es así, seguirá siempre siendo más de lo mismo", comentó Enrique.
Melilla en general está abandonada tanto en vigilancia municipal como en el respeto a la propiedad urbana. Son demasiadas quejas de grupos de vecinos por los constantes ruidos y peleas nocturnas, sobre todo en las inmediaciones de los 24h, y por el destrozo de mobiliario urbano, propio de jóvenes embriagados . El alcalde debería de ir pensando en un relevo en los mandos de la policía municipal. Ser profesional no es sentarse y cobrar a fin de mes. La ciudadanía necesita urgente mandos serios, competentes y entregados a su trabajo y labor ciudadana.