Melilla y Ceuta no han abandonado sus miras de más alto nivel, como la consecución de un nuevo Régimen Económico y Fiscal que acabe de resolver sus incógnitas de futuro. No obstante, saben de la complejidad de su aspiración que, entre otros asuntos, exige resolver la conveniencia o no de integrarnos en el régimen aduanero de la UE y elegir para ello un camino propio, sin perder de vista posiblemente el trecho ya recorrido por Canarias, para alternar las singularidades históricas con la pertenencia a la Unión Aduanera o régimen aduanero común en toda Europa, salvo Ceuta y Melilla.
De ahí la nueva estrategia que consiste en buscar la fórmula de defender de forma independiente medidas que, al fin y a la postre, se incluirán también en ese nuevo REF, pero que suponen también y en parte una perfección de las especificidades fiscales que ya disfrutamos y que, sin embargo, merecen ser reguladas de forma que se doten de mayor estabilidad y seguridad de cara al futuro. En suma, pura estrategia al servicio de los mismos objetivos y las mismas aspiraciones.