Con un 4,6%, Melilla presenta una de las menores rentabilidades del alquiler residencial del país, es decir, uno de los menores cocientes entre los ingresos que proporciona el alquiler y el precio de la vivienda.
Según un análisis de la tasadora Euroval, al que se refiere La Vanguardia y que deja claro que las provincias con el importe de compra de una vivienda más caro, tienen generalmente menores rentabilidades por alquiler, peor ubicadas que Melilla están Ceuta (4,5%), Madrid (4,5%), Málaga (4,3%) y Baleares (3,5%).
De acuerdo con Euroval, tras dos años de caídas, la rentabilidad del alquiler residencial se ha mantenido este año e incluso mejora dos décimas respecto a 2021, al pasar del 5,2% al 5,4%, aunque sin obviar el significativo incremento de los precios de las viviendas.
Así, otras 10 provincias tienen rentabilidades anuales iguales o inferiores a la media nacional: Cantabria (5,4%), La Coruña (5,3%), Las Palmas (5,3%), Valladolid (5,2%), Cádiz (5,2%), Álava (5,1%), Vizcaya (5%), Girona (4,8%), Santa Cruz de Tenerife (4,8%), y Guipúzcoa (4,7%).
Por el contrario, Cuenca es la provincia española donde la rentabilidad del alquiler es más alta, con un 9,3 %, seguida de Huelva (8,9%), Cáceres (8,3%), Valencia (8,2%) y Ávila (8%).
En tanto, otro grupo de once provincias supera el 7%: Segovia (7,9%), Badajoz (7,9%), Castellón (7,4%), Albacete (7,3%), Ciudad Real (7,2%), Murcia (7,1%), Salamanca (7,1%), Toledo (7%), Jaén (7%), Zamora (7%) y Sevilla (7%).
Ya por encima del 6% anual están Almería (6,8%), León (6,8%), La Rioja (6,7%), Granada (6,6%), Soria (6,6%), Córdoba (6,6%), Orense (6,4%), Palencia (6,4%), Lugo (6,3%), Tarragona (6%), Asturias (6%), Navarra (6%) y Burgos (6%).
A continuación, se sitúan Huesca (5,9%), Guadalajara, Pontevedra y Lérida (las tres con rentabilidades del 5,8%), Teruel, Alicante y Barcelona (las tres con el 5,7% anual), y Zaragoza (5,6%).
En resumen, la rentabilidad del alquiler residencial en 2022 respecto al año pasado sube en 36 provincias, aunque en 29 de ellas el incremento es inferior al 1%.
El propio informe recoge que el alquiler de una vivienda nueva (menos de cinco años) ofrece una rentabilidad anual a nivel nacional del 4,5% (una décima más que el pasado año), mientras que la de segunda mano (más de cinco años) da un 5,7%, la misma que en 2021.
Además, apunta que "esta diferencia de rentabilidad entre la vivienda nueva y usada de 1,2 puntos porcentuales es significativa en una inversión a largo plazo", por lo que el moderado incremento de la rentabilidad este año no es suficiente como para hablar de un claro cambio de tendencia, pero sí de cierta recuperación.
Todavía lejos están las rentabilidades que se obtuvieron en 2020 y 2019, del 6,3% y 6,8%, respectivamente, en un contexto de previsible estabilización debido al incremento de los precios de compra de la vivienda.
De hecho, esta tímida recuperación sólo se produce en la vivienda nueva, no en la usada, lo que refuerza la hipótesis de la estabilización.