Compromís ha exigido que la lengua y la cultura tamazight se igualen a otras lenguas españolas en el ámbito de la Ley de Memoria Democrática que plantea el Gobierno y que ha sido remitida al Senado tras su paso por el Congreso de los Diputados. El senador por Valencia del partido, Carles Mulet, ha asegurado en ese sentido que la actual redacción del texto de la ley discrimina a buena parte de la pluralidad cultural del Estado.
El portavoz de Compromís en la Cámara Alta ha explicado que entre las cerca de 80 enmiendas que la coalición ya ha registrado a esta Ley de Memoria Democrática, está el de equiparar a todas las lenguas y culturas propias del Estado que sufrieron alguna persecución por parte del franquismo y no solamente las lenguas y culturas vasca, catalana y gallega.
Según Mulet “es completamente injusto y discriminatorio, ya que se persiguió como mínimo por igual otras lenguas y culturas, y no es lo mismo por ejemplo hablar de lengua catalana para equiparar la lengua común de Catalunya, País Valencià, Baleares o comarcas de Aragón y Murcia, a como si todos formaran parte de una misma cultura: existen las culturas propias más allá de la lengua común, lo mismo que pasaría con el asturiano como lengua común pero que no sería equiparable a la cultura propia de Asturias con las otras zonas asturiano hablantes como la región leonesa, Extremadura o Cantabria”.
El senador valencianista ha exigido, además, que se contemplen todas las lenguas minoritarias que fueron prohibidas del ámbito público. Se refiere, en concreto, al pueblo gitano “una cultura no territorializada que sufrió especialmente la represión por parte de la dictadura, en aspecto de lengua y cultura, y donde la ley hace una mención superficial”.
Me gustaría saber en qué argumento serio y sólido se apoya este Sr.. Mulet para dar esa opinión, y solicitar que esa lengua se incluya en la memoria histórica.