A lo largo de 2021, a través de la red de gestores que trabajan en el marco del Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados (SIGAUS), se recuperaron 106 toneladas brutas de este peligroso residuo en un total de 59 establecimientos de Melilla.
Tras ser recogido en estos locales, de sectores tan diversos como la automoción, la industria, el transporte, el comercio o la construcción, que en su mayoría (58%) son talleres mecánicos, el aceite usado, que incluía impropios como agua y otros sedimentos, recibió un tratamiento que permitió devolverlo al mercado como nuevos lubricantes o combustible, evitar la emisión de más de 58 toneladas de dióxido de carbono al entorno melillense y ahorrar 98 MWh de energía, en un "modelo claro" de economía circular.
De acuerdo con lo que han precisado desde el SIGAUS, la generación fue muy fragmentada, ya que más de la mitad de los referidos puntos (51%) produjeron menos de una tonelada de aceite usado, y acumularon conjuntamente apenas un 15% del total generado. Por ende, para recolectar todo el aceite usado, fue necesario efectuar 196 operaciones de recogida.
Según ha detallado Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS, el aumento de los precios de la energía y de los combustibles que hubo en 2021, y que "en los últimos meses ha superado el 60%", ha tenido "un fuerte impacto en los costes de gestión del residuo del aceite industrial", ya que "cada año es necesario recorrer cientos de kilómetros para recuperar el aceite usado que se genera en Melilla" .
En cualquier caso, el directivo ha destacado que resulta "fundamental" "la financiación que aportamos para cubrir el déficit de estas actividades" y que "estos vaivenes del mercado" no impidan que la gestión del aceite usado se lleve a cabo de manera viable "ambiental y económicamente".
El tratamiento, con beneficios ambientales y económicos
Puntualmente, una vez recogido el aceite usado, ha sido trasladado a centros de transferencia para su análisis y la eliminación de posibles impropios. Después de completarse este proceso, es que se ha obtenido la cantidad de 106 toneladas netas de aceite usado.
Después de ser tratado, este volumen fue destinado a la valorización energética, que ha posibilitado transformar el residuo en un combustible de uso industrial que suele emplearse en hornos de cementeras, en papeleras o en centrales térmicas de generación eléctrica, por lo que se minimiza así el uso del fuel óleo y de otros combustibles provenientes del petróleo.
Al respecto, el director general de SIGAUS ha señalado que la economía circular del aceite usado es posible gracias a la colaboración conjunta de empresas adheridas, gestores del residuo, administraciones públicas y ciudadanía. "Llevamos 15 años asegurando la gestión de este residuo, afrontando para ello diferentes crisis -de oferta, de demanda, el covid y ahora los precios energéticos-, y seguiremos trabajando en esta línea para que ni una sola gota de este residuo contamine nuestros paisajes", ha concluido.